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La ··co-redención'" es el fruto y la exigencia lógica de la maternidad integral en los planes, de Dios. El ··se de María es un consentimiento libre a la maternidad de una persona. de una historia. de un mensaje y de una misión. Ya a ser la Madre de Jesús con su historia personal y en todo el acontecer de su existencia que culmina con el proceso ante los tribunales. la condena a muerte y la muerte en la Cruz. María se compro– mete con su decisión libre y reafirmada a cada ins.lante a com– partir el destino y la misión de Jesús. El ""fíat'" de María es. en la economía actual ele la sal\ ación. parle constituli\'a y ele– mento esencial. Es una participación acti\'a. directa e inme– cliata en la historia de la Redención. María está siempre presente en los ratos fuertes y vive en su propia carne la experiencia del sufrimiento. los misterios dolorosos de la cruz en forma de angustia. de vergüenza y de soledades del alma. La Virgen presentó en el templo la ofren– da de su hijo que era su Dios. el Salvador de la humanidad. la lUL en la noche del pecado y ele la incredulidad. El anciano Simeón rasga los velos del futuro con mirada profética. El Niño está puesto como '•signo de contradicción.. y "bandera discutida'". A María le anuncia que --una espada traspasará su alma"'. El presentimiento del peligro, que amenaza a Jesús agazapa– do en las tinieblas de la tentación, de las intrigas,. de las fuer– zas hostiles del mal. turba de inquietudes el alma de María. Con el tiempo. su corazón maternal quedará acuchillado por los siete puñales del dolor. La bandera es Jesús. el signo es Jesús. a quien deliberada– mente ha unido su destino en gozo y pena. en tiempo y eter– nidad. Lo recuerda la "'Lumen gentium·· con autorizada voz: '"Esta unión de la Madre con el Hijo en la obra de la ~al– vación se manifiesta de~dc el momento de la concepción virginal de Cristo ha~ta su muerte... --stabat Mater''. La maternidad de María encima su vérti– ce junto al árbol de la Cruz. María engendra y alumbra a su hijo Jesús en un gozo de lirios virginales. María engendra espiritualmente a sus hijos los hombres en un dolor de rojas 226