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do a su Hijo y padeciendo con ÉL compartiendo las hora~ angustiosas de la agonía y de la muerte, '·consintiendo amo– rosamente en la inmolación de la víctima que ella había engendrado·•. Está presente como "asociada a la misión del Redentor", como "Madre de la Redención" (Schillebeeckx). como Co-redentora. No es una afirmación piadosa. Es la lógi– ca incuestionable de la maternidad integral de María. Jesús no va a morir de muerte natural. Desde una perspec– tiva puramente humana va a ser una muerte trágica por la can– tidad y la calidad de las circunstancias agravantes. Jesús ha sido condenado a muerte y a una muerte de cruz, suplicio reservado para los peores malhechores de la sociedad. Jesús vive intensamente su agonía entre las burlas de sus enemigos. En rigor. ha apurado hasta las heces el cáliz de la pasión. Y en la Cruz pronuncia !as palabras más bellas que jamás hayan oído los nacidos. Son su ·Testamento", en el que nos deja como herencia bendita a su propia madre María: "Jesús. entonces. viendo a la madre y. al lado de ella. a su discípulo predilecto. dijo a la madre: Mujer. ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al di~cípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde aquella hora la acogió el discípulo en su casa·•. El Testamento tiene intencionadamente dm cláusulas que explican la voluntad expresa de Jesús. En la primera se pro– clama a María como madre de Juan, que es presentado y seña– lado como hijo. No haría falla más para establecer las rela– ciones de maternidad y filiación entre la mujer y el discípulo. Sin embargo, Jesús quiere dejar bien claro su propósito con una recomendación especial para el discípulo: ahí tienes a tu madre. Las últimas voluntades de un ser querido son sagradas y el discípulo les da cumplimiento acogiendo a María en su casa. El texto de San Juan se ha abierto a horizontes nuevos con la interpretación y los comentarios de los pensadores cristia– nos, dentro de la más pura ortodoxia. La tradición ha dilatado los espacios de la maternidad espiritual de María al ver en Juan no sólo a la persona, sino al "discípulo amado'·. como prototipo de los seguidores de Jesús. 223
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