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Epifanía'. es el nombre de la festividad litúrgica y es uno de los momentos clave en la historia de la salvación. El Niño– Dios se manifiesta como Salvador a los pueblos de la gentili– dad, abriendo ventanales y derribando fronteras. Los Reyes magos son los llamados de primera hora para compartir la ale– gría y el gozo. la glorificación de Dios en las alturas y la paz a los hombres que arna el Señor. Son gente buena que ha dedi– cado parte de su vida a contemplar el firmamento y tienen los ojos acostumbrados a mirar las estrellas. Sabios o astrólogos, el caso es que el descubrimiento de la Estrella del Niño-Dios no se debe a los conocimientos y sabe– res científicos sino a la luz -la gran luz- que resplandeció en sus corazones. Es esa luz la llamada apremiante que les hace tomar la decisión de ponerse en camino: "Pues vimos 'su' estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle'·. Es en tiempo del rey Herodes y se presentan en palacio para informarse del lugar donde está el recién nacido Rey de los judíos. Los magos se han confundido de personaje. Hero– des es un tipo siniestro de feísima catadura moral, con todos los vicios que envilecen al hombre. Es un degenerado de la raza humana. ¿Qué va a saber él de niños? Sin embargo, ·'se turbó" ante el anuncio de un niño que sería el Rey de los judí– os y acababa de nacer. Y en seguida comenzó a hacer averiguaciones. Convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, movilizó a los especialistas en la materia en la búsqueda del lugar del 145