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La historia es el argumento más evidente del maridaje entre la razón y la fe. Los grandes genios de la humanidad han sido con frecuenc ia -casi siempre hasta el desmantelamiento de la metafísica- creyentes fervorosos y practicantes. Y es que, como recordaba San Agustín, la poca ciencia aparta de Dios y la Ciencia con mayúsculas ll eva a Dios. El ateísmo ideológico -el rechazo absoluto de Dios hasta su aniquilamiento- es una necedad irracional en sentido bíbli – co y un trágico error de la mente desde una perspectiva filo– sófica. Es el fruto amargo de una mentalidad antimetafísica que destruye la esencia verídica del hombre, puesto que deja sus raíces en la tenebrosa espesura de la nada. Dios es el cons– titutivo, la razón de ser, el creador del hombre. Sin Dios, el hombre es el no-ser, la nulidad ontológica, la carencia radical de sentido. Negar a Dios en nombre del hombre es "demen– cial". Por razones de la inteligencia y del corazón rechazo con energía el ateísmo teórico y niego hasta su existencia. Lo que sí ex iste -y es un fenómeno de psicología profunda- es el ate– ísmo práctico con su morfología plural, desencarnada y para– dójica. Los hay "puristas" de la religión que niegan la estruc– tura corporal del hombre y se pierden en las nebulosas de un subjetivismo peregrino y en vagarosas evasiones sentimenta– les. Se presentan corno "católicos de conciencia, no de rito". Niegan la realidad de la Encarnación y la dimensión carnal del ser humano y la vertiente social y comunitaria del pueblo. Son ateos prácticos los desertores ele la "casa paterna" con las excusas más vi stosas y pintorescas. Abandonan la Iglesia por sus fallos como "institución", por su arrogancia como "poder fáctico", por su inmovilismo oscurantista, por su alianza con los ricos y poderosos, por su intransigencia a ultranza en el dogma y en la moral , por los escándalos de los curas, por el antitestirnonio de Ia gente de iglesia... - "No es eso, no es eso". El hijo pródigo no se aleja de la casa paterna para vivir como un santo. Se va lejos para llevar una vida "de perdido", con sicolo- 136