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PROTAGONISTA DE LA MISION POPULAR quien estoy enemistado, para darle el abrazo de la paz. Ahora mismo rompo con mi pasado de frialdad, tibieza, indiferencia y cobardías. Ahora mismo me comprometo a seguir a Cristo con todas las consecuencias ... Fisonomía de la conversión «Al Reino anunciado por Cristo se puede llegar sola– mente por la 'metanoia', es decir, por esa íntima y total transformación y renovación de todo el hombre -de todo su sentir, j~1zgar y disponer- que se lleva a cabo en él a la luz de la santidad v caridad de Dios, santidad y caridad que, en el Hijo, se· nos han manifestado y co– municado con plenitud» (Const. Apostólica del 17 de febrero de 1966). La conversión afecta al hombre en su integridad: es una transformación de la personalidad «desde adentro», una «renova– ción» profunda de los puntos neurálgicos y constitutivos del hom– bre. El converso es un hombre nuevo, con ojos nuevos, con senti– mientos nuevos, con corazón nuevo. La «metanoia» renueva la inteligencia. El hombre carnal tiene una visión materialista de la vida y todo lo enfoca desde una perspectiva terrenal. Cristo libra al hombre de los errores del entendimiento creando una mentalidad «cristiana», criterios evan– gélicos, opciones trascendentales. El hombre nuevo juzga y valora el mundo, los acontecimientos, la historia personal y colectiva «desde Dios». Convertirse significa «cambiar la mentalidad pagana» por una mentalidad cristiana, renunciar a lo inmediato, a lo sensible, a lo confortable por los valores superiores del espíritu. El cris– tiano acepta las «Bienaventuranzas», que chocan violentamente con la mentalidad pagana. El cristiano abraza la Cruz de Cristo, que es locura y escándalo para los paganos. Las «Bienaventuranzas» son el manifiesto del hombre nuevo, redimido por Cristo. No se trata de aceptar las «divinas parado– jas» del Reino mediante un silogismo: «Lo ha dicho Cristo, luego - 69-

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