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P. CALASANZ La semilla es pisoteada por los caminantes y comida por los pájaros. Es una vida frustrada. Un fracaso absoluto. Parte cayó en suelo pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y en seguida germinó por no haber profundidad en la tierra. Mas una vez salido el sol, se requemó y, por no tener raigam– bre, se agostó. Es la actitud de superficialidad ante la Palabra. Es la falta de formación de criterios básicos en mate– rias fundamentales que lleva a un mariposeo estéril. Al faltar la solidez en los fundamentos todo queda al aire del sentimiento vago y de la improvisación irres– ponsable. El primer viento de tentación, de duda, de confusio– nismo, arranca de cuajo las raíces de la fe y del com– promiso cristiano. Es una vida truncada y escindida. No basta haber escuchado con gozo la Palabra de Dios. No basta haber vivido con ejemplaridad unos dfos de fervor. Es ne– cesario ser fuertes en 1a fe y tener reservas para los tiempos duros de tentación y prueba, para mañana, cuando haya que renunciar al pecado o se exija dar un testimonio transparente de fidelidad. El cristiano normal debe tener una formación re– ligiosa suficiente para orientar su vida y para dar razón de su fe ante los demás. Parte de la semilla cayó entre espinas, y las espinas la ahogaron. Es la actitud ambigua y descomprometida ante Dios. Es la táctica innoble de la doble vida: una vela a Dios y otra al diablo. Es el culto a los ídolos tiránicos del dinero, las preocupaciones terrenales, el apego excesivo a las cosas - 168 -