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CRISTO, PROTAGONISTA DE LA MISION POPULAR perfectísimo», como «reparador y conciliador» entre el pecador y Dios (Escoto). (Sobre el valor del dolor cristiano, cfr. Juan Pablo II: Salvifici doloris, especialmente los caps. IV-V-VI, y el precioso ensayo de Laín Entra]go: lvíysterium cloloris). «Me amó y se entregó a la muerte por mí» Aquí está la prueba abrumadora de su infinito Amor: « Na– die arna más que el que da la vida ... » En esta Cruz del Viernes Santo está el vivo pregón de lo que nos amó: hasta el fin, hasta la muerte, y muerte de Cruz. Y desde esta Cruz salvadora me grita todo lo que ha hecho por mí y lo mal que ]e he correspon– dido. Aquí están, frente a frente, el « YO» de la misericordia y el «tú» del pecado y de la ingratitud. YO te llamé, te di mi nombre, te acogí en mi Iglesia, viví pobre, fui afrentado e infamado por ti... Tú me cerraste las puertas, me negaste, me pospusiste a tus placeres egoístas ... Es hora de rasgarse el corazón y de llorar con coraje, de abrazarse a Cristo y de empezar una vida santa: Delante de la Cruz, los ojos míos quédenseme, Señor, así mirando, y sin ellos quererlo estén llorando porque pecaron mucho y están fríos. CRISTO NOS INVITA A PERSEVERAR Si no te dejas vencer por el desánimo cuando palpas tu propia fragilidad e inconsistencia; si sabes encajar con sabidu– ría y humildad los golpes de tus fracasos; si aprendes a mode- - 165 -