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CRISTO, PROTAGONISTA DE LA MISION POPULAR tan con el Pan de vida. Viven alejados de la Comunión. Nd valoran el Cuerpo del Señor. Sienten una peligrosa indiferencia por la Eucaristía. Han perdido el apetito por el Pan sabroso y siempre encuentran pretextos para no asistir al banquete divino. Pero no todos quieren marcharse. Hay una floración pujan– te de Amor a la Eucaristía. Cristianos que se sientan a la Mesa del Señor a diario porque no pueden pasar sin comulgar. Cris– tianos fervorosos que proclaman con su conducta ejemplar su devoción al Santísimo Sacramento. Almas de temple que viven de la Eucaristía. Mientras los cristianos tibios, miedosos y cobardes se alejan de la Eucaristía. nosotros cantamos con fervor, entusiasmo y ter– nura: Dios está aquí... JNSTITUClÓN DE LA EUCARISTÍA Todo está a punto para la Cena Pascual. Va a ser en una sala grande y alfombrada en el piso superior. Sobre la mesa, el cordero pascual, el pan y el vino y las verduras amargas. Es una noche de primavera, olorosa y estrellada. Es la despedida. Jesús no puede disimular su emoción ni su tristeza. Y en este clima entrañable, Jesús se explaya con los suyos: «He deseado ardientemente comer esta Pascua con vosotros antes de padecer. Porque Yo os digo que ya no la comeré hasta que sea cumplida en el Reino de Dios.» Les habla confidencialmente, como a amigos, con su lengua– je paradójico y expresivo: el mayor debe hacerse el menor, la autoridad se realiza en el servicio, quererse es «compartir» y «vosotros habéis permanecido conmigo en mis pruebas». De la palabra pasa Jesús a los gestos: se levanta de la mesa, coge una jofaina, se ciñe una toalla y lava los pies a los discípulos para que quede como ejemplo ... 155

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