BCCCAP00000000000000000000337

CRISTO, PROTAGONISTA DE LA MISION POPULAR ACTITUD DE ORACIÓN Las fórmulas de oración deben ser cauce, no cárcel. Hay fórmulas significantes y expresivas por su contenido y su valor de sugerencia que disciplinan la mente y facilitan el ritmo de la oración. Tenemos un modelo perfecto de oración en el Padrenuestro, que sirve para la comunión con Dios en todas las situaciones concretas de la vida. Para que las fórmulas sean válidas hay que evitar los riesgos de la costumbre y de la rutina. Hay que rehuir el formulismo, que vacía de sentido y de com– promiso la oración más venerable. La oración ha de tener siem– pre originalidad, novedad, ilusión. El formulismo rutinario mata el espíritu de oración en su misma raíz. Por eso, lo más importante no son las fórmulas, sino la actitud de oración que lleva a la sintonía profunda con Dios. Actitud de oración quiere decir que Dios lo es todo en mi vida -« Dios mío y mi todo»-. Significa que Dios está presente, que vive y que actúa en la totalidad de mi existencia y en todas las zonas neurálgicas de mi ser y de mi quehacer. Actitud de ora– ción es vivir en permanente situación de escucha, de consulta, de diálogo y de respuesta a los planes del Señor. Como la tierra gira alrededor del sol, todo mi ser gira en torno a Cristo, centro metafísico, teologal y vital del creyente. Actitud de oración expresa que mi vida está empapada de Dios y que Dios cuenta decisivamente en mi vida. De este modo, la oración consagra el ser y el quehacer del cristiano y se convierte en clima y en situación existencial. Todo se hace a honra y gloria de Jesucristo, desde las empresas más nobles del espíritu hasta los mínimos acontecimientos y menesteres de la vida diaria. CRISTO nos enseña a orar. Antes de tomar las decisiones fundamentales de su vida, Cristo se retira a orar. Es una oración intensa, inmensamente larga, que se prolonga durante toda la noche. Es una dedicación total a los designios de Dios, una entrega incondicional hasta el sudor de sangre por cumplir la voluntad del Padre. - 145 -