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CRISTO, PROTAGONISTA DE LA MISION POPULAR es Madre de santos que ya están en la patria. Seguimos pere– grinando sus pasos para el encuentro escatológico definitivo «con-en» Cristo Resucitado. Con los ojos del Amor «anunciamos la muerte de Cristo, proclamamos su resurrección y esperamos su venida gloriosa». Es una esperanza dolorida y gozosa porque «estamos en el mun– do», sin «ser» del mundo. Y en nuestra historia personal y co– lectiva está Cristo con nosotros para revelarnos al Padre y para serenar las tempestades del espíritu. Una esperanza firme de que, a pesar de todas las dificultades e incluso de nuestra fragilidad y pecaminosidad, el Padre Dios siempre vela. Con ojos de Amor «creemos todo lo que tiene y cree la Santa Madre Iglesia». Todo, íntegramente, sin vacilaciones. Queremos vivir en una situación psicológica de plena e incondicional dis– ponibilidad, acatando amorosamente las normas y decisiones de la Iglesia y sirviéndola siempre como ella quiere ser servida. Con ojos de Amor, nos sentimos humilde y santamente or– gullosos de ser hijos de la Iglesia. Nos hemos juramentado como caballeros para luchar por ella y defender su causa hasta el derramamiento de la sangre. Y en esta cruzada del Amor sólo juran bandera los leales. Los traidores, los indiferentes, los cómodos, los tibios, los «neutrales», que se vayan. Que se mar– chen los «desintegrados», los «contestatarios», los críticos fur– tivos, los pesimistas, los amargados, los contemporizadores, los cobardes, los aburridos, los tristes ... , los resentidos. Con ojos de Amor estamos con el Papa, al que prometemos obediencia y reverencia. El Papa es el dulce Cristo en la tierra, que cuenta siempre con nosotros. Nos confesamos hijos fieles de la Iglesia y en ella queremos vivir y morir ... CRlSTO NOS HACE HIJOS DE DIOS POR LA GRACIA Voy por el mundo, como el pequeño de la mano de su pa– dre, de la mano de mi Padre Dios. Mi Padre Dios es «lo más grande del mundo». - 113 -