BCCCAP00000000000000000000337
P. CALASANZ «EL MANDAMIENTO NUEVO» La novedad consiste en que Cristo nos descubre las bases nuevas de este Amor robusto, profundo y radical: Dios es Amor.-Quien permanece en el Amor, permane– ce en Dios y Dios en él. El Amor de Dios «crea» Amor. Donde hay caridad y Amor allí está Dios. Todos sois hermanos.-Ya no hay fronteras convencio– nales que puedan separar o discriminar a los hombres por razón del color de la piel o de la raza, de la posición social, de la simpatía o antipatía, de la amistad o ene– mistad. Cristo innova y da plenitud a la Ley cuando manda amar no sólo a los amigos, sino a los mismos ene– migos y rezar por los que nos persiguen y calumnian. El Amor es el «distintivo», «el carnet de identidad» del cristiano: «En esto conocerán que sois discípulos míos: en que os amáis unos a otros como Yo os he amado.» Todo el conjunto de valores religiosos y morales que podrían dar la medida del hombre ejemplar en cualquiera otra ideología o forma de vida, para el cristiano son irrelevantes -son nada, «soy nada» sin la caridad- (San Pablo: Rom 13,1-13). Dios es Amor. «No perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nosotros, pecadores.» «Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo unigénito.» Padre que me escuchas, ¿por quién darías tú a ese hijo tuyo, puro e inocente, que tienes en tus brazos? Sí, no pongas cara de extrañeza. ¿Por quién lo darías? Ya sé la reacción: «Padre, eso no se pregunta, eso es una locura. A un hijo no se le puede dar por nada ni por nadie. Usted delira». Ahora te pregunto a ti, madre, que acunas y abrazas a tu - 100 -
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz