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MAGNITUD DEL ESFUERZO MISIONERO DE ESPA:\A. de Méjico y en el obispado de la Puebla, de los que no llegarían a 600 los que ejercían el ministerio en los pueblos o 53 l. Y en cuanto a ·Filipinas ya vimos en otro lugar cómo ~e presentaba esta cuestió.n a mediados del siglo XVII. Hacía 1635, según afirmación del Procurador fray Jeróni– mo Serrano de Castro, O.F.M., en su informe al cardenal Bar– berini, el número de las doctrinas administradas por los cléri– gos en Indias era doble mayor que el de las atendidas por los religiosos, ya que éstos se las iban traspasando a diario, re– nunciando a sus legítimoS privilegios pontificios < 15 · 0 • De las misiones de los jesuítas encomendadas al clero secu– lar después del extrañamiento de la Compañía~ tenemos los si– guientes datos : En 1780 en Lamas ( Perú), 3 misiones «figuradamente» asis– tidas por 1 ó 2 clerigos; en Mainas (Marañón), 32 misiones con 10 ó 12 clérigos «violentos y ordenados de sacerdotes a este fin», cuando serían ·necesarios ({sobre 60 operarios celosos sólo para conservar lo red_ucido)) º 55 ); para 1791 las reducciones de Mainas estaban ya mejor atendidas, pues había 20 eclesiás– ticos del obispado de Quito para 22 pueblos con una población indígena de 8.895 almas < 156 ); en cambio las misiones de la Sierra Madre en Nueva Vizcaya, servidas por el clero del obis– pado de Durango, sólo contaban en 1793 para las 10.020 almas de los 35 pueblos con 4 misioneros, de los que 3 eran interinos, h b. d d. '''" y no a ia esperanza e reme 10 • 053) GARCÍA lcAZBALCErA, Nueva. Colección. V, Códlce Me:1die:;;, 11. 206s. <154) Archivo de Pror,. Fide. 259, America r, 4-l. <155) M.us, Le., XIX, 43. (156) lbkl., 146. <157) lbid., 446. - 171

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