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LÁZARO DE ASPURZ, O.F.M. CAP. 7. EL CLERO SECULAR Nos limitarnos a· indicar los datos, muy incompletos y frag– mentarios, qu.~ hemos hallado sobre la labor propiamente mi– sional de los miembros del clero secular en las doctrinas de indios, doctrinas que generalmente habían pertenecido al clero regular con la categoría de «conversiones». El 20 de enero de 1570 el cabildo de Guadalajara daba a Felipe II los nombres de 30 clérigos que en Nueva Galicia es– taball empleados en los pueblos de indios y en las misiones <1 49 >. Cinco años más tarde, con el fin de salir por los fueros del clero secular en contra de los religiosos, el arzobispo de Méjico don Pedro Moya y Contreras enviaba al Rey una interesantísima relación de todos los elementos de dicho clero en su arzobis• pado, que se· distribuían de la siguiente forma : dignidades 3 canónigos 10 racioneros 6 medios racioneros 1 clérigos residentes en •Méjico 69 en el resto del arz(?bispado 68 total 157 (de ellos 78 criollos). Gran parte de estos clérigos de los pueblos conocían las 1enguas indígenas uso>. En Filipinas vivían en 1582 sólo 12 clérigos junto a más <le 200 religiosos 0 5 D. Según la estadística arriba presentada de Mendieta, había en toda la Nueva España hacia 1592 unos 400 beneficios de -clérigos en plleblos de indios < 152 i. En 1621, para poner de manifiesto la sinrazón de las pre– tensiones del clero secular que reclamaba las doctrinas adminis• tradas por los regulares, afirmaba fray Juan de Torquemada que no pasarían de 800 los clérigos que vivían en t?l arzobispado (1491 G.utcíA IcAZBALCE'l'.-1., Col. de Doc. para· la Hist. de México, II, 4958. (150) Cartas de Indias, 195--218. (151) PASTELLS, Historia general de Filipinas. II, p. CCXXVs. (152) Historia Eclesiástica Indiana, 545-549. 170 -