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LÁZARO DE ASPURZ, O.F.M. CÁ.P. A la suma de misioneros habría que añadir además los miembros de, las comunidades de los Colegios de Zacatecas, Querétaro, Méjico, Guatemala, Cbillán, Tarija, Popayán, Piritú y Pachuca, que a proporción de los que albergaba el de Ocopa, darían un total aproximado de 300 misioneros de reserva; añadidos a éstos los que faltan en la relación de Filipinas, habremos de concluir que no exageraba el P. Parras al afirmar por la misma fecha que pasaban de 800 los misioneros fran– ciscanos que a la sazón «se hallaban en campaña» < 9M_ En los dos últimos decenios del siglo XVIII la Orden fran– ciscana fué intensificando su labor en la mayor parte de sus misiones vivas, al mismo tiempo que aumentaba el personal. En 1791 el Colegio de Ocopa administraba 103 pueblos y mantenía 83 misioneros. El de San Fernando de Méjico en 1793 desplegaba nueva actividad en sus misiones de Nueva Califor– nia (26 misioneros), Sonora y Sinaloa. El de Zacatecas tenía puntualmente asistidas de sus respectivos «ministros)> sus 18 misiones con sus 54 pueblos en Nueva Vizcaya. Y lo propio se puede decir de los demás Colegios y Provincias. El de Piritú en 1806 tenía empleados 18 misioneros ·en las reducciones de Barcelona y 21 en las de Guayana rns>. Ni se limitó solamente la labor misional de los franciscanos españoles a los dominios del Consejo de Indias, sino que du– rante los tres siglos que comprende nuestro estudio hicieron sentir su presencia en muchas ·otras regiones de Africa y Asia. La Provincia de Andalucía surtía de personal en el siglo xvu a la misión de Marruecos, donde en 1690 trabajaban 10 reli– giosos a las órdenes de la Congregación de Propaganda Fide ' 9 ". En la Custodi~ de Tierra Santa, en la que todas las Provincias de la Orden ambicionaban un puesto, siempre fué numerosa la representación española y sólo la italiana le llevaba ventaja. De 51 religiosos que la componían en 1656, 12 eran españoles; y en 1680 eran 24 de los 111 de que constaba ' 98 '. A la Pro– vincia de San Gregorio de Filipinas cabe la gloria de haber (95) PARRAS, Gobierno de los Regulares, II, 359. {96) RioNll:GRO, Misiones de los PP. Capuchinos en Venezuela. Documentos, Pon– tevedra 1930, 3128. (97) .Memoria enviada por el P. Juan de Cristo {Archivo Ibero-Americano, XVIII, 1922, 426-440). (98) LlWNARDUS LEMMENS, o.F.M., Acta Congregationis de PropagaruJ.a l<'id.e pro Ten-a Sancta, I, 370-373. - 146-

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