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LÁZARO DE ASPURZ, 0.F.M. 'CAP. del clero secular, en el que Carlos III había puesto en un principio Sus ojos para continuar la labor misionera de la Com– pañía, obligó al gobierno a exigir envíos más abundantes a las demás Ordenes misioneras; y se repitieron los forcejeos dei siglo XVI, pero con distinto cará_cter .- Los regulares· adoptaron una actitud reacia, que se convirtió en una abierta protesta contra las opresoras medidas regalistas y contra la descónfianza– oficial de que se les hacía objeto constantemente. No era po– sible hallar vocaciones misioneras en las Provincias españolas: l.º, por la condición desfavorable en que quedaban los misione– ros desde la real cédula de 1774, que sometía las doctrinas– de los regulares a la inspección deI Ordinario y los desposeía de sus antiguos privilegios; 2.º, por la escasez de religiosos jóvenes en los conventos de España a consecuencia de la limi-·· tación impuesta en la recepción de novicios. _Eslo que alegaban los tres Procuradores de los agustinos, franciscanos y dominicos de Filipinas en sus respectivos expedientes, examinados· por el Consejo en 1777 "". Al año siguiente estudiábase asimismo un informe del Comisario General de Indias de la Orden francis– cana, en que ponía de manifiesto la imposibilidad absoluta de· satisfacer a las demandas de personal, debido a la limitación que pesaba sobre los noviciados españoles (en la Provincia de· los Angeles, por ejemplo, no se permitía dar cada trienio más de 16 hábitos y morían unos 50 en el mismo tiempo); estaba pendiente el reclutamiento de más de 300 franciscanos, cuyo– envío había sido autorizado por el Consejo, y todavía había que añadir los que pedirían pronto los Colegios de San Fer– nando de Méjico y Santa Cruz de Queri§taro; en consecuencia, pedía se permitiera dar al menos tantos hábitos en cada Pro-– vincia como religiosos fallecían cada año y salían para Indiasr El Comisario General de la Familia ultramontana afirmaba, por su _parte en otro informe, que por efecto de las restric– ciones mencionadas el número de religiosos había - dismi· nuído en 5.582 ns>. 02) P. 0TTo MAAs, O.F.M., L48 Ordenes religiosas de E.spa1La y la colonización de América en. la $eg-¡,¡nda mitad del siglo XVIII, en: «Estudios Franciscanos», XVIII. 1917, 47-49, 128·132. La diftcUltad de reunir las eXpediciones habíase experimentado• ya entre los jesuitas: de 1722 a 1754, a pesar de la_ contribución de las Provincias– alemanas e italianas, sól~ pudieron _ embarcarse- 1.096 de los 1.414 concedidos por et. Consejo (A.G.I., Contratación, 5541>. 03) MAAs, LUJJ Ordenes reUgiosas, 215. 108

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