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PRIMER CENTRO MISIONAL "ENTRE LOS INDIOS GUARAOS «Hoy día, y desde hace siglos, en esta zona del Delta no habitan más que los indios GUARAO o GUARAUNOS, cu– yas parcialidades (tribus, clanes, fratrías o rancherías), viven independientes entre sí, sin otros nexos que los que impone la raza, la sangre y la lengua, que a todos les son comunes. » (CRONICA MISIONAL, 1925.) El P. Santos de Abe/gas con un grupo de los primeros indios llegados al centro misional. 72 El 10 de marzo de 1925 salían de Tu– cupita, en una lancha a remo, Monseñor Diego Alonso Nistal, Vicario Apostólico, el P. Santos de Abelgas y Fray Daría de Renedo, en dirección al caño Araguai– mujo. Después de tres días de navega– ción por los caños del Orinoco, llegaron el día 13, sobre las once de la mañana, al caño Araguaimujo, haciendo alto en una plantación de cacao abandonada, donde había un pequeño rancho, sucio y destar– talado. El «Diario» del P . Santos de Abelgas lo consigna textualmente con estas pala– bras: «Así que llegamos y sacamos de la embarcación la caja de los orna– mentos y otra cajita donde llevaba mi chinchorro, me fui con Fr. Da– río por detrás del rancho de Torres, y cuando comprendí que nadie me veía sino el Hermano, me postré en tierra y la besé, dando gracias a nuestro Señor por haberme conce– dido la dicha tan grande de vivir entre infieles, de mí por tanto tiem– po pedida y deseada.» Antes de regresar Mons. Nistal y Fray Daría a Tucupita, quedó instalado el P. Santos de Abelgas provisionalmente en el rancho del indio Torres. Era este indio un hombre naturalmente bueno, unido a una india que le había dado cin– co hijos, todos ellos bautizados por .el P. Santos en una de sus anteriores giras de exploración por los caños del Ori– noco. Como una semana permaneció el P. Santos hospedado en el rancho del in– dio Torres y su familia. En este lapso de tiempo se dedicó, ayudado de algunos indígenas, a limpiar los alrededores de otro rancho que había de ser la primera vivienda misional y la primera casa de los Misioneros Capuchinos entre los in– dios Guaraos. El P. Santos de Abel– gas sería la «piedra angular» de esta gran empresa misionera.
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