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ginación para las comparaciones, expresiones poéticas y chistes. Les gusta la vida nómada y via– jera, aunque tenga un punto como residencia más o menos fija. Sue– len pasarse hasta meses enteros fuera de esta residencia, bien sea por causa de viaje o por motivo de caza y pesca. TRABAJO. INDUMENTARIA. ADORNOS El nivel de vida de estos indios es miserable. No tienen más que algunas reducidas haciendas o co– nucos, en los que plantan yuca, bananos, batata y algo de caña de azúcar. En la industria textil estos indios son verdaderos artistas, pu– diendo afirmar que bordan te– jiendo. En un principio sólo usaban co– mo vestido el guayuco -el vulgar «taparrabos»-, tanto los hom– bres como las mujeres. Ordinaria– mente andan descalzos, usando para los terrenos pedregosos unas sandalias rudimentarias de corteza de palma. Se adornan profusamente el rostro y diversas partes del cuerpo con pinturas vegetales, y hasta se tatúan la cara, brazos y piernas. Para sus bailes típicos además del faldellín de hojas de palma de mo– riche, usan coronas, pinturas, bra– zaletes, ajorcas ... , etc. Algunos se perforan los lóbulos de las orejas, introduciendo pendientes o palos hasta de veinte centímetros de lar– go, rematados en la punta con pe– queñas plumas de colores. Su vi– vienda ancestral es la MALOCA, cuyo mundo describe maravillosa– mente el P. Cesáreo de Armellada. S1