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¿COMO SON LOS INDIOS WARAO? PERSONAS. VIVIENDA. AMBIENTE Los indios Warao son de raza co– briza. Tienen los ojos rasgados ob!: cuamente hacia la nariz; la frente pe– queña, algo puntiaguda, cubierta, en la parte superior, de vello fino, y las orejas no muy grandes, aunque hay curiosas excepciones. La nariz corta y las ventanas nasales estrechas. Los dientes, por lo general y desde niños, podridos. El pelo castaño, tieso, duro, áspero y largo, pero no ondulado ni ensortijado, y la cara lampiña. Al lle– gar los hombres a la pubertad, les nace un vello fino y menudo, que se conserva en el mismo estado toda la vida en brazos, piernas, axilas y pu– bis. Las cejas y pestañas casi sin pelo. Su estatura, por término medio, es regular, más bien baja . Las facciones son bien proporcionadas y agradables. Tienen el oído muy fino y una vista de lince. Las piernas un poco encor– badas, el vientre algo abultado, los pies grandes y anchos y los dedos des– parramados . Su voluntad es voluble y tornadiza , el entendimiento tardo y la memoria inculta. Son fáciles en olvidar y difí– ciles en aprender. Son aficionados al canto, a la música y pintura, para lo que demuestran buenas aptitudes. VIVIENDA DE LOS WARAO La casa del indio Wa rao no pasa de la condición de míserable rancho . No tiene pa redes ni habitaciones, sin puertas ni ventanas ni división algu– na. La fabrican siempre a la vera de los ríos, sobre pilotines de madera. En todo el armazón del rancho no se observan ni clavos, ni alambre ni soga. Sostienen todo el maderamen amarrándolo con bejucos o lianas. Para evitar las inundaciones lo elevan sobre e[ nivel de la subida de [as aguas en el río. No hay distinción alguna entre los ranchos de los Caciques y de los indios ordinarios . No tienen adornos de ninguna especie ni mue– bles de ninguna clase . En el mismo rancho comen, duermen, bailan - ex– cepto bailes rituales - juegan y se di– vierten. Un Misionero ha manifestado que en un rancho donde le tocó pasar la noche, era también cementerio, y sobre una sepultura tuvo que cele– brar la Misa al día siguiente. POBLADOS O RANCHERIAS Cada ranchería consta, por lo ge– neral, de cinco a doce, o en caso ex– cepcional veinte, familias. Siempre se considera ranchería principal, aunque no es la más numerosa, aquella en que vivé el «gobenajoro» o cacique, que suele ser el patriarca de la tribu. Aunque [os indios vivan en rancho común, cada fami lia tiene su fogón aparte con su res pectiva despensa. Hay algunos alimentos que se- repar– ten en común, como caza, pesca y gusanos. MEDIOS DE SUBSISTENCIA Los alimentos de que se proveían [os indios Warao en su sistema ances– tral, se los proporcionaban estas tres plazas de abastos: el río, el moricha[ y la selva. A la caza no le daban tan– ta importancia. El río les proporciona pesca buena y abundante, y entre los pescados merece especia[ mención e[ famoso morocoto. Sobre los sistemas que usan para pescar se hablará en la publicación a ellos especialmente des– tinada. · El moricha!, según un Misionero que los conoció a la perfección, afir– ma que es «su centro, su fin y su cielo». De ella sacan harina para su pan, licor para su bebida, postre en sus frutas, plato exquisito en sus gu– sanos, techo para sus chozas, made– ra para sus c_uriaras ... etc . Para ellos sí es la palma de moriche el «árbol de la vida». En el monte o en la selva comple– tan sus dietas alimenticias hasta don– de les es posible. Allí encuentran fru– tas silvestres, colmenas, retoños y cogollos de árboles, pájaros, anima– les de caza, y otra serie de elementos que cuando la necesidad obliga sólo ellos saben buscar y encontrar con una destreza francamente asombrosa. En la selva talan algunos espacios para hacer su siembra como recurso de una agricultura rudimentaria : yuca, ocumo, plátano, y maíz en las zonas altas que no se inundan . Todos estos elementos de agricu l– tura y los instrumentos rudimentarios que tenían, serían ampliados y per fe– cionados por los Mis ioneros. 45
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