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Expedición de misioneros, año 1973. PRESENCIA Y PROMESA DESPEDIDA A UNOS HERMANOS MISIONEROS Misionero que te vas... ¡Siempre presente, hermano! Todos te recordaremos en el «franco» sitio de El Pardo. Llenos estén.tus ojos con soles de esperanza que habrán de iluminar tu luz de cada día. En nombre de todos vengo a decirte: ¡Siempre presente, hermano! Sign,ar queremos con un abrazo la pena-alegre de la despedida. Amables te sean -alas en ascensión, recuerdo en vuelo– /os indígenas paisajes que te esperan, avanzadillas misionales por ti ansiando. Paz y amor en tu sendero encuentres, otros, en esfuerzo y agonía, los han sembrado. Nuevas almas y tierras ya te esperan porque Cristo -Evangelio de hoy- te está hostigando. 38 He venido a decirte un adiós que es hasta siempre, hermano. Acaso tu sonrías -enigma o sello– porque seguro estás o temes desconfiado. Circunstancias hay que la semilla carcomida abonan en un prejuicio incierto. ¡ Y duele tanto... ! Pero «sobre-hay» Evangelio antes que temporales contingencias. En el fondo del corazón, inteligencia adentro, un clamor imbatible dice ser verdad lo que he expresado. Emocionado contarás, cuando regreses, cómo en una población -corazón de España- una sinceridad gritó con gesto amigo la verdad misionera dura y real en un salón de El Pardo. Hoy y mañana, aquí o en tu campo, volverás a encontrar mi mano amiga, -la voz, la proyección, el sonido y la música hermanados- para decirte -a todos digo- que ni tú ni ellos, nunca-jamás, fuisteis pobres equivocados. Podrán en ruin pensar así porque esclavos son - y fuera escaparate- de lo que todos sabemos grueso interés creado. Pero hay algo más, hermanos: si son verdad la paz, el bien y el amor, la justicia y la esperanza, de lo que algunos quieren pensar con alma chata y corazón enano, con acento vibrante afirmo: ¡CON VOSOTROS VAMOS! Misioneros que os vais.. . No hay temor de olvido. ¿Adiós... ? NO. ¡HASTA SIEMPRE, HERMANOS! Fr. G. de C. y E.