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TODO VUELVE EN EL RECUERDO (A mis hermanos misioneros de América) Aquel mundo de ilusión se refugió en el recuerdo. Y por el canúno en sombras se van las cosas perdiendo poco a poco, poco a poco, en un aire suave y lento, igual que en la duerme-vela entre soñando y despierto. Se van las costas azules, perfil perfecto del cuerpo, -montañas, ciudad, llanura– que se queda tierra adentro. La tierra ajusta su túnica con el broche de sus puertos. Se va el pueblecín lejano, la casa blanca y el huerto, la hermana de ojos azules, y hasta el sonoro silencio de los claustros medievales del convento. -Madre, las cosas que amamos, ¿por qué caminos secretos se van marchando, marchando, sin saber si las perdemos? ¿no me puedes tú decir lo que es estar cerca y lejos? -Hijo, las cosas que amamos van al mundo del recuerdo y en ese mundo ideal, todo es joven, puro y bello. Pobre Emperatriz, la loca de aquel castillo roquero; todo se ha vuelto en el mundo doloroso, rudo y viejo, pero ella sigue soñando en su romántico ensuefw. Cuarenta años ha llorado al joven marido muerto, mientras le escribe sus cartas de amor: «Mi amado, qué feo es este mundo de ahora, y sólo tú sigues siendo siempre joven, barba rubia, los ojos de terciopelo». Hijo, las cosas que amamos nos las va llevando el tiempo por un camino de sombras · tierra adentro. Pero nos vuelven al alma por luminosos senderos que llevan al corazón. Todo vuelve en el recuerdo. Hijo, senderos de Dios que ha trazado El desde el cielo. P. SOTIELLO, OFMC., Salamanca, octubre 1955. Expedición de misioneros, año /948. Expedición de misioneros, aiio 1952. Expedición de misioneros, {//JO 1965. 37

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