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Expedición de misioneros, aiio 1940. A1ás allá de los mares les espera una hermana de la misma progenie hispanoamericana, r¡ue es estirpe de sangre, de lenguaje y fe. Vene::,11ela es la hija fraterna de Espaíia r¡ue comprende el esfuerzo de la ibérica hazaiia y en la cm::, de sus frailes la misión de Dios ve. Es <;11 nombre recuerdo de Occidente y Oriente, de ciudad de las góndolas, y le queda el ambiente de sus ríos soberbios y sus llanos al sol, su subsuelo sangrante con el oro moderno, y la savia fecunda del hálito eterno r¡ue dejó por sus tierras el cristiano espaiiol. En sus campos mezclando heroísmo y sudores, ya la ,\1adre y la Hija se cubrieron de honores con el nombre glorioso del gran Libertador. Y se hicieron comunes el recuerdo y la historia, y en la paz de las cmces de la santa memoria Siete Estrellas subieron al azul triunfador. De los viejos solares van aún misioneros. Ellos son capitanes de ideales sef'íeros r¡ue desdeíian el mundo y se lanzan en pos. Alas no olvidan al hombre ni su humano destino: sin distingos de ra::,as, saben bien r¡ue es divino y que puede alcanzarse con la gracia de Dios. Su capilla y su choza crecen luego en cultura: de sabanas y deltas de salvaje hermosura; van brotando ciudades de exquisito primor. Y reinando sobre ellas aquel indio cristiano, que es ser a 1111 tiempo mismo hispano-venezolano, llega a ser de su Patria ciudadano y honor. ¡"Gloria, pues, a las Patrias hermanadas y audaces! Con la crnz misionera refrendaron sus paces y en el alma del indio se abrasaron de amor. ¡ Y gloria al misionero de sayal capuchino r¡ue, seráfico y pobre, ha trazado 1111 camino donde Dios y los hombres se comprenden mejor! FRAY MAURICIO DE BEGOÑA Expedición de misioneros, mio /942.