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INDIGENISMO ESPAÑA - AMERICA Grupo de mamás Guarao con sus hijos, todos ellos educados en la Misión de Araguaimujo. Diego lanza, con el milagro de las rosas y la imagen, el reconocimien– to de todo el mundo para América. En Juan Diego aprendemos lo que es el verdadero indigenismo: él «El indigenismo ha venido a ser igual en el Derecho al español mis- nos enseña al indio que renace en nuestra literatura continental, mo. sobre sí mismo, al indio que, por a través de exageraciones mal in- España, lejos de destruir la raza, la obra de la colonización hispano– tencionadas y de sentimentalismos fundió su sangre con la india; y católica, toma puesto de avanzada vacuos, uno de esos tópicos usados lejos de aniquilar a la incipiente en las líneas de la Cultura Uni– a cada instante en contra de la cultura india, la recogió y encauzó versal. obra civilizadora de la. España Ca- en el gran torrente de su cultura. Porque el verdadero indigenismo tólica en nuestra América. Hoy, sobre l.a efemérides recor- no puede ser nunca un regreso a Se trata de presentar al indio dada, podemos admirar esa obra los abismos precolombinos, sino al como una víctima de los frailes y maravillosa de verdadero indige- contrario, a lo que hizo la España de la crueldad de los conquista- nismo, de auténtitico reconoci- Católica: a la incorporación del dores. miento al indio y de positiva jus- indio, con verdadero papel de ac- Nada hay, sin embargo, tan in- tificación de su valor en la figura tor, a la vida de la cultura. justo como esto. del indio mejicano, Juan Diego, En este verdadero concepto úni- Si hoy al indio lo podemos con- humilde en la misma escala de su co del indigenismo, nadie puede siderar como a un ser digno del pueblo. disputarle al Catolicismo de la Es– mejor aprecio y capaz, en su fuer- Por el camino de Tolpletlac a paña Conquistadora el derecho y za física y en su fuerza intelectual, Tlatelolco, Juan Diego se recorta el triunfo de haberlo creado. de poseer todos los adelantos de con las líneas del indio que entra Contra las voces de calumnia, la civilización universal, a nadie en la Civilización Universal sobre basta un solo hombre: el nombre más que a España y al Catolicismo la vía ancha del idioma y de la Fe. glorioso, articulado en dos voces, lo debemos. Sobre el Tepeyac, Juan Diego se de Juan Diego. El , como nadie, Desde el mismo momento en que levanta hasta el nivel de los gran- grita a los vientos de todo el mun– el indio, por obra de las Carabelas des escogidos, pintados con el do el triunfo del indio americano Hispanas, asomó su rostro a la re- bronce oscuro de su piel el cuadro en la doble sonoridad del nuevo dondez del mundo, fue tomado que hasta entonces sólo reflejaba idioma y en el milagro de la nueva por el Misionero y el Conquista- los matices de la raza blanca. Fe». dor, por la Cruz y la Corona, co- Luego, en su pobre tilma, que ya mo un hijo de Dios y un súbdito por sí sola significaba un término Revista '«JUSTICIA SOCIAL». del Reino, hermano en la Fe e de igualdad con el blanco, Juan Managua, 12-XII-1948. 224
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