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-¿ Qué te parece esto com– parado con la casa que tienes y la vida que llevas en Cara– cas... ? -Se queda un poco asus– tada por la pregunta y se le abren desmesuradamente los ojos de asombro. -Esto es para que nos sin– tamos un poco más preocu– pados y repartamos lo que tenemos con un poco más de justicia... ¡Huuummm! -Y a ti, Marisa Guinand, te parece que esta obra que realizan los misioneros du– rante años y años se puede, hacer sólo por filantropía, ¿ o crees que tiene que haber algo más por encima de todo lo humano que nos rodea... ? -Estoy segura que esto no se puede explicar sólo por ra– zones humanas. Esta vida de los Misioneros tiene que te– ner una protección especial de ese Ser Supremo que es Dios. 216 Si no esto no tiene ninguna explicación. Me llama pode– rosamente la atención cómo han llegado a entenderse en su idioma con los indios, y hemos visto a ,un Misionero viejito que está haciendo su diccionario. Belisa Vegas interviene en nuestro diálogo haciendo cál– culos sobre lo que se necesita para atender a todo el perso– nal que depende de este cen– tro: alimentación de los in– ternos, gastos económicos de material, medios de desplaza– miento ... , y el poco personal ,misionero que hay para aten– der a tanto ... -Bueno, «vamo a ve» ... Y la pregunta final se la hacemos a Liselott Cachutt, descendiente de familia fran– cesa. -¿ Crees que esta visita puede influir beneficiosamen– te en vosotras y en vuestro gran colegio de Caracas... ? -Puede tener mucha in– fluencia. Creo que desde hoy no le haremos tanto caso a aquella vida de allá, tan ma– terialista y ·tan vacía ... Creo que nos va a ayudar a superar la frivolidad y a vivir un poco más en serio y más preocupa– das por este gran problema -A ver: ahora vuestro club misional. misional del colegio puede ser un fermento de ayuda y de posibles vocact0nes mzst0- neras. -Ojalá, que así sea, Pa– dre. -A ver si te toca a ti, Be– lisa. Al cerrar nuestra entrevist~ concertamos una conferencia, y proyección sobre nuestras Misiones en su Colegio. Y ahora que lo recuerdo desde España, sé que tuvo su fruto y su eficacia. Desde estas pá– ginas, un cordial saludo CLUB «MITAR».
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