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P. Félix de Vegamián, en una de sus visitas a las rancherías de Per(iá. • P. Félix de vegamian en 11110 de los vuelos «Bombas de Paz». 20 riza con Colombia. Cuando me da per– miso el asma vamos continuando la obra. En el monte MAREWA estamos cons– truyendo 25 viviendas para los indios Yucpas . Aunque incerviene el Ministerio de Sanidad, tenemos que costearlas to– talmente nosotros. -Aquí también mi palabra, Padre Fé– lix, es completamerzte ineficaz, y no quie– ro disminuir su obra con los pobres ad– jetivos que en el léxico humano tendría que emplear. Cómo se sabe mirar hacia arriba desde estos trabajos misionales.. . Y cómo se ve más allá del firmamento .. . -Padre Félix: Usted fue también di– rector del seminario indígena de Upata. ¿Qué resultado dieron los indios qu.,e pa– saron por este seminario... ? -Voy a responder con brevedad. Hay que tener en cuenta que estos muchachos procedían de familias criollas y de diver– sas tribus indígenas (taurepanes, arecunas, guaraunos y araucos). Estudiaban con gran ilusión y su comportamiento era bueno. Pero sólo uno, LUCIO FIERRO, de la Gran Sabana, Llegó al sacerdocio. Ahora trabaja en el apostolado misione– ro en nuestro centro de KAMARATA. De la conducta observada posterior– mente de los restantes, me consta que su paso por el Seminario Indígena dejó huellas profundas en su vida humana y profesional. -Por su experiencia personal y trato directo con ellos, ¿cuáles son los proble– mas principales y las mayores dificulta– des que tienen r¡ue afrontar estos indios en relación con el sacerdocio... ? -Es una pregunta importante, pero un poco compleja para una breve contes– tación. A mi modo de ver es excesiva– mente grande el salto que estos indígenas tienen que dar: ¡DE LA SELVA AL SA– CERDOCIO! Para llegar con éxito al Sa– cerdocio y permanecer en él con fideli– dad, se requieren unas cualidades y unas exigencias que estos indígenas no poseían: el aporte personal, la herencia familiar, todo el proceso educativo ... Por lo mis– mo, forzo samente tenían que echar de menos estos datos influyentes, lo que de– terminó el consiguiente fracaso. Les fal– taba la base de una riqueza humana, im– prescindible, un núcleo íntimo muy per– sonal, un algo superior con el que se identificaran plenamente... El P. Félix de Vegamián conversan– do con unos amigos de las misiones.