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EPIDEMIA EN EL BAJO ORINOCO ENERO DE 1952 «Como Misionera y Enfermera lle– vo aquí, en la Misión de Araguaimu– jo, siete años largos. Nunca había– mos tenido una epidemia como en la actualidad. Este año de 1952 se ha es– trenado en nuestra Misión con una epidemia de sarampión que nos ha movilizado a todo el personal día y noche. Ha causado numerosa.s vícti– mas, particularmente en la población infantil. Llevamos varios días recorriendo, día y noche, las rancherías indígenas. Los Padres han tenido que hacer numerosos viajes de urgencia para trasladar los enfermos graves a Tu– cupita. Se nos han agotado todos los recursos materiales de ayuda y asistencia: alimentos y medicinas ... Solamente en un rancho, y no muy numeroso, tenemos diecisiete enfer– mos afectados gravemente. Padres y Hermanas tuvimos que convertirnos todos en enfermeros y practicantes para inyectar a todo el personal de los ranchos. Esto no es para descrito ni contado. Es para verlo y padecerlo en esta tremenda e impresionante rea– lidad, ante tantas necesidades y sufri– mientos ... En los siete primeros días, se nos murieron doce personas... Necesita– mos con urgencia más medicinas, par– ticularmente para enfermedades de vías respiratorias. ¡Tenemos tantos in– dios afectados de pulmonía, bronqui– tis y tuberculosis ... ! (Sor Sofía de A., Misionera Terciaria Capuchina, Enfermera de Araguai– mujo.) Hospital Misional de Guayo y la abnegada hermana Paula en sus faenas de enfermera. •, ,.,_. . . -~,~- . . ' ~. '-'\ . , • ·•.• ~ , • . • . : , i! .,.. • # ~ ~ ,.-, 1 : , ·"' • ,.. ~ Y'• -~· •' . . ' ' ~ ... ~ 201
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