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MISIONERAS FRANCISCANAS DE LA DIVINA PASTORA «COMO UN BELLO AMANECER, ES MI TIERRA DE WONKEN» SANTA MARIA DE WONKEN. GRAN SABANA. VENEZUELA. 22 de agosto de 1970. No es un día más en el calendario. Es la fiesta de la Patrona de la Misión: Sagrado Corazón de María . Y la Misión, ese día, comienza a latir con «Corazón de Madre». Las MISIONERAS FRANCISCANAS DE LA DIVINA PASTORA inscriben, definitiva– mente, su nombre en la Misión de WONKEN de Venezuela. No olvidarán el cariño sincero y la honda emoción y desbordante alegria que se dibujó en los rostros de los Misioneros y de los indios que las esperaban en el aeropuerto mi– sional. Faltaban en aquella Misión el calor y la sonrisa de una Madre y llegaban CUATRO: MADRE VICTORIA PADRON. MADRE PROVIDENCIA ESTEBAN. MADRE CELINA GARCIA. MADRE CAMILA FREIRE. Nuestro sueño, largamente es– perado, se había convertido en realidad. Es significativo el detalle de es– tas Hermanas . Para cumplir su an– helo de trabajar en misión viva, cerraron el Colegio que tenían en la barriada de Coche, en Caracas, y se fueron a trabajar en nuestra Misión de Santa María de Wonkén. Ahora parecía adquirir pleno significado la estrofa de una can– ción de nuestros queridos indios Pemón: «COMO UN BELLO AMANECER, ES MI TIERRA DE WONKEN». 191
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