BCCCAP00000000000000000000320
del Padrenuestro, y se ha– brán abierto para tú cora– zón nuevos horizontes para este y para el otro mundo. Y aquí termina mi carta que te escribí mojando la pluma, como tantas otras veces, más en el cora– zón que en el tintero, pensando en ti y en los otros misioneros jóve– nes, que venís a colaborar prime- . ro, y relevarnos después, en nues– tros puestos de avanzada; pensan– do en los indios que nos dio el Señor para que l,)s hiciéramos hi– jos nuestros y suyos. Te la escribí saboreando en la memoria los dulces años de la ju– ventud, que también yo pasé como noviciado al lado de misioneros veteranos, a quienes literalmente se les caía la baba cuando nos veían a los jóvenes -hoy ya vie– jos-adelantarnos a ellos en alguna cosa. Así te veo hoy a ti y .ª tus compañeros: más ligeros de pier– nas que nosotros,. más audaces, más llenos de bríos y, por consi- ------ guiente, más prometedores de fru– tos que nosotros. Viendo que seguís nuestros pa– sos en lo ya trillado, y que abrís nuevas rutas en lo inexplorado, nosotros (igual que la oliva que «succisa virescit») revivimos en espíritu y os entregamos la guar– dia, el escudo y la bandera, que ya nuestros brazos fatigados no pueden mantener enhiesta. ¡ Paso a la juventud misionera, alegre y fuerte, con ánimo decidido a nue– vas empresas apostólicas! (EL PADRE «INDIO». l'ylis. Cap.) 177
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz