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16 VENEZUELA: INDIGENA Y MISIONERA Señores: ha llegado la hora de que cante a aquellos que me hicieron del Poniente al Levante, del Norte al Mediodía. Porque yo, VENEZU~LA, he nacido entre ruidos de espadasy de espuel~ Y de flechas y lanzas ... Mi cara se hacía hermosa con la hidalga Caracas y la Coro suntuosa. Pero mi cuerpo era una masa inhumana desde Guajira y Mérida hasta Apure y Guayana. La conquista española tenía un solo brazo: el brazo del soldado. Para darme el abrazo que yo quería, ESPAÑA encontró, al fin, el modo. Junto al brazo de hierro iría el otro ... Todo armado de bondades, fuente de bendiciones: ERA EL MARAVILLOSO BRAZO DE LAS MISIONES. El brazo más ciclópeo que ha conocido América, capaz de hacer, sin armas, la sin par conquista homérica que nunca habrían logrado ni espadas ni arcabuces. La MISION fue sembrando mis espaldas de cruces: cruces de santuarios protegiendo~ bohíos, señalando verdades a• espíritus vacíos. Señalando piedra de límite en la futura frontera la «PAZ Y EL BIEN» brotaban de la andanza frailera con gracia, con poesía: cual brotaría de Cristo ... Yo encontré en estos hombres lo que nunca había visto. Es justo que lo cante ... Es justo que lo diga. Es justo que, por siempre, su memoria bendiga, porque fueron mis padres, los que me dieron el alma. Mi historia debe enlazarse de comprensión y calma. Y o, de mi parte, digo a la tierra y al cielo que, lejos de humillarme, me causa gran consuelo el sentirme ceñida con los blancos cordones de quienes fueron HEROES sin par de las MISIONES. I FR. ZACARIAS DE ROZADAS. O.F.M. Cap.::: Rotv1. ~ ' 1 ¡<u-,:;, 1 /,q e), Q2._

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