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El P. Basilio de Barral especialista en el idioma de los indios Warao . Las «Noguara» son fiestas teúr– gicas que los guaraos celebran en obsequio del Gran Jebu, ofrecién– dole la «yuruma» o pan de mori– che, a fin de que los preserve de las enfermedades, lo mismo que decíamos al exponer la finalidad de las fiestas del Naja-Namu. El término «Noguara» viene de nogura-, que significa contar, enu– merar; y el motivo de dar este nombre a la fiesta de las ofrendas es porque en ellas resaltan las se– ries ordenadas y sucesivas de cier– tos ritos, que todos los concurren– tes practican del mismo modo, pero sucediéndose el uno al otro como en una enumeración. CELEBRACION DEL AGAPE DELASNOGUARA Es esencial para estas fiestas la fécula o harina de la palma de 166 moriche. A fin de proveerse de ella salen las indias a «morichalear», llevándose consigo a la familia. Al reunir la provisión suficiente después de un mes, más o menos, de permanencia en el corazón de las selvas, regresan las fratrías con sus curiaras cargadas de pesados mapires colmados de blanca hari– na. La reservada para las ofrendas al Jebu la colocan aparte y _per– manece intacta hasta las vísperas de la festividad, fecha en que es trasladada a la jisabanoko }ido o cocina de la fiesta, que hacen nue– va cada año en obsequio de Jebu, destruyendo la del anterior. Armada y techada la cocina, la cubren en todo el derredor con ho– jas de palma, de suerte que no pue– dan ser vistas desde afuera las mu– jeres que dentro elaboran las tortas de yuruma y demás ingredientes del ágape sagrado. Terminada la cocina festival y preparada la leña, a la puesta del sol los hombres conducen la hari- ELAGAPE TEURGICO DELAS «NOGUARA» (indios warao) na en forma de procesión muda y ordenada. Cada nebu (hombre de trabajo) carga a las espaldas por las braceras, su correspondiente mapir o cesto de fécula; y jisa– banoko (cocina), por el camino más largo, silenciosos, cabizbajos y uno tras otro. Las indias más importantes, sobre todo las de as– cendiente sacerdotal, comienzan a fabricar las tortas, faena en que a veces emplean varios días, y a ha– cer el guajabu, esto es, asar el morocoto fresco sobre las diri o parrillas guaraunas. Cuando las mujeres han termi– nado su faena se ponen todas de fiesta. Las indias se pintan de ne– gro las cejas y la frente, para que el Jebu no les arranque los ojos; y los indios que van a intervenir en el traslado de los alimentos se vis– ten de guaraobitu (guaraunísimos) es decir, se despojan de toda ropa de civilizados y se quedan con sólo un taparrabos nuevo de colo– res chillones y largo hasta llegar el suelo por delante y por detrás.

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