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Día 6. -Se inunda todo el piso bajo de la casa de los Padres. Día 7. -El agua cubre hasta el prim_er peldaño de la escalera que da acceso al segundo piso. Día 9. -Amanece inundada toda la Iglesia, y el agua ha llegado ya a la casa de las Hermanas, pe– netrando en las clases y en la co– cina. Esta es la parte más alta de los edificios misionales. Día 10.-No queda seco absolu– tamente nada de las primeras plan– tas de las casas misionales ni de la aguas en las distintas dependencias de la Misión, son los siguientes: Gallinero y cochiquero: 0,22 y 0,25 centímetros. Depósito de combustible y al– macén de maíz: 0,31 y 0,37. Comedor y plaza de la iglesia: 0,40. Clases y cocipa: O, 77 y 0,66. Centro de la iglesia: 0,35. Carpintería: 0,82 centímetros. iglesia. La cocina de gas tenemos MES DE SEPTIEMBRE que colocarla sobre los fregaderos. sional y a sus dependencias en bus– ca de alimentos. Sólo el P. Pedro de Villaverde ha matado ¡NO– VENTA Y DOS SERPIENTES! en estos días ... Las plantaciones y siembras han quedado arrasadas. La iglesia no tendremos más remedio que de– rribarla, porque las paredes han quedado completamente reblan– decidas y las columnas dañadas. Las plantas bajas de las dos casas misionales habrá que rehacerlas de nuevo. Varias reses y otros ani– males han perecido ahogados o de hambre. Gran cantidad de indios Día 12. -Vienen a visitarnos el Exactamente el día 1 de este han tenido que emigrar hacia las señor Obispo y el señor Goberna- mes, comienza lentamente el des- regiones altas. Los que han po– dor. Ahora estamos entrando a censo del río. El espectáculo de la dido salvarse han quedado sin co– nuestra casa ... ¡por el balcón! Misión es impresionante y desola- sechas. En estos días hemos tenido Día 18.-Colocamos en la puer- dor. Los daños ocasionados son que socorrer a más de setenta fa– ta de la iglesia una regla graduada incalculables, y muchos de ellos milias ... para medir los niveles de la ere- irreparables. El balance de las pér- ciente. Día 28. -El «pico» o el día más alto de la inundación. En esta fe– cha los niveles alcanzados por las didas, imposible de precisar. Por añadidura, nos hemos visto asediados por la invasión de ser– pientes, que llegaban al centro mi- (CRONICA DE ARAGUAIMUJO) Septiembre de 1967 159
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