BCCCAP00000000000000000000320
DIARIO DE UN MISIONERO No todos los días son iguales. No pue– den serlo, sobre todo, para la vida de un Misionero. Claro que esto hay que entenderlo, pues de lo contrario nadie se aventuraría a venir a las Misiones por te– mor a enloquecer con un plan de vida sin descanso. Por eso es bueno aclarar que las sor– presas no son todas de la misma intensi– dad emotiva. Que, precisamente, en la variedad está la belleza y la atracción -quizá un poco romántica- que las Misiones han ejercido siempre en los co– razones juveniles. Una misión es empresa para jóvenes, de edad o de espíritu. Yo creo que el calendario emotivo de una semana misional se puede distribuir más o menos así: l. DIAS DE ENTUSIASMO.-Son esos días en que todos parecen haber amanecido con el alma incendiada en celo apostólico. Desde muy temprano el Pa– dre prepara su expedición a la ranchería que está a 20 kilómetros, las Hermanas deciden visitar a cinco enfermos, hacer la catequización de 10 adultos y presen– tar, ya listos para la Primera Comunión, a 15 niños. Por fin, el Hermano ha hecho un alto en su tarea manual para enseñar un puñado de verdades cristianas a los 30 indígenas que le acompañan. Con pocos días como estos va a haber misiones para poco tiempo. 11. DIAS DE DEPRESION.-Pero, ya, ya... Hoy todos han amanecido de un humor de mil demonios. Es que hasta el día está inaguantable: la atmósfera está que ni que la hubieran cargado con baterías . El Padre está cansado; las Hermanas parece que también y el Hermano, por no parecer menos, pues también. Por lo menos si no están cansados, ellos se sien– ten así, y esto es más peligroso. Por lo demás, los niños en clase no han dado pie con bola, en el trabajo han declarado la huelga de brazos caídos y en el co– medor ya podían haber declarado la del hambre . Pero que-va: dicen que la comi– da es poca, y que nosotros los estamos matando de hambre. Los adultos, a la hora del catecismo, sí, ahí están con el cuerpo, pero su pen– samiento, su corazón y su apetito deben andar por allá arriba, por las montañas, en uno de sus históricos chicheas. Y por la noche, en el examen de con- 140 ciencia, todo el personal misionero ha te– nido el mismo remordimiento: hoy no hicimos gran cosa. Pero, Señor, danos mejores días . III. DIAS DE SUSTOS.-¡Ay sí. .. mejores días! Ahora es que falta. ¡ Hoy es día de sustos! Ya por la mañana, al entrar las Hermanas en su coro para la oración acostumbrada, han encontrado en el lugar sagrado una culebra regular, haciendo su ... digestión; el ganadero ha venido corriendo al Padre para decirle que los motilones han flechado en la noche, tres vacas y un caballo; finalmente, el Hermano ha tenido que ver con sus propios ojos cómo animalitos sin escrú– pulos han dado cuenta de la yuca sem– brada con tantos sudores. Pero bueno: esperemos mejores tiem– pos. IV. DIAS DE ALEGRIA.-Y los mejores tiempos van llegando ... El Pa– dre se entera de que en España se está ya subiendo al barco un sacerdote que pronto va a ser su compañero de traba– jos; las Hermanas están locas de alegría al enterarse confidenciálmente de que Panera, su ex-interna indígena, ha tenido una niña hermosa como un sol. (Bueno, como se trataba de confidencias femeni– nas, ya todo el mundo lo sabe en la Misión). El Hermano también está con– tento, porque resulta que al fin le van a traer un tractorcito y un arado con ver– tedera, y ahí van a acabar, en parte, sus muchos trabajos en esa ingrata huerta, arrancada a la selva y a los peñascos. Los niños parece que hoy han comido como esperaban: al salir del comedor les ha faltado tiempo para organizarse en el patio en una interminable y ruidosa algarabía infantil. Y todos -también los indígenas adul– tos- están contentos, porque esta no– che, después del catecismo, van a ver una película «de las que caminan>> ... Bueno, hoy ha sido día de alegrías. Y parece que la cosa va bien. Pero, no, no... V. DIAS DE TRISTEZAS.-No, que que el Padre y el Hermano están muy tristes, porque Anshita, uno de sus niños internos, inteligente, bueno, mayorcito y todo, se ha fugado . Sí, crisis de joven– zuelo, pero huyó a las lejas rancherías y ahora va a ser difícil recuperarlo. Y las Hermanas también están tristes, porque los tres niños desnutridos y agó– nicos, traídos al dispensario misional, se han ido irremediablemente. Menos mal que queda el consuelo de que han vola– do al Cielo . Y todos están tristes hoy en la Misión, porque el viejo Enonipsi ha muerto sin Bautismo, en la montaña casi inaccesible. Pero Dios ya tiene preparado uno de esos días que elevan la moral del misio– nero. VI. UN DIA DE TRIUNFO.-Fue esta mañana, de este domingo inolvida– ble. Antes de la misa, el señor Obispo, venido para recoger la mies por misione– ros sembrada, ha administrado los sacra– mentos del Bautismo, de la Comunión, de la Confirmación y del Matrimonio a ocho parejas de gentes indígenas. Nunca se había visto cosa igual en la Misión, y ese es un espectáculo maravilloso que se ve en pocas partes del mundo. Cuatro de los siete Sacramentos admi– nistrados en un mismo acto: como para santificar de un golpe a los agraciados, y como para reventar con la alegría del triunfo a misioneras y misioneros. Sí, estos días también hay algo en las misiones. En ellos se traduce impresio– nantemente a la realidad aquella profe– cía del salmo: «Al venir de su trabajo (los apóstoles del Señor) caminaban lle– nos de alegría del triunfo, trayendo entre sus manos la espléndida cosecha». Y todos estos días son: VII. LOS DIAS DE DIOS.-No im– porta que este calendario del misionero vaya impreso con tintas rojas, grises, azules o negras . El misionero sabe que no es más que un obrero de Dios, y que sólo Dios escogió la tarea y el ope– rario. Luego, el misionero sabe también que su obligación es sembrar. Será des– pués el Señor el que haga nacer, crecer y multiplicarse la mies, al sol y a la som– bra, con frío o calor. Los días en la Misión no cuentan para nada: al misionero sólo le intere– sa sembrar la semilla de la Iglesia. Pero así: todos los días , y a pesar de lo que le depare cada día, todos son DIAS DE DIOS. P. PRUDENCIO DE SANTELOS Misionero Capuchino
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz