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PRIMEROS CRISTIANOS YUCPA DE PERIJA «En nuestro Centro Misio– nal de Los Angeles del Tuku– ko, tres indígenas de la raza e idioma YUCPA -Nemesio A nane, Trinidad Nérua y Margarita- han ingresado, deliberada y libremente, en las filas de la Iglesia de Jesu– cristo.» Tras una larga catequiza– ción, ellos -mayores de edad- han querido espontá– neamente recibir el Bautismo e incorporarse al cristianismo con todas sus consecuencias. La ceremonia tuvo su marco oportuno con ocasión de las fiestas patronales de este Cen– tro y congregó a un gran nú– mero de indígenas de las dis– tantes rancherías. Hace apenas dos o tres años, para reunir tal número de indígenas hubiera sido ne– cesario que un Misionero sa– liera por todos los ranchos 136 de la sierra ofreciéndoles -para que vinieran- más regalos que un Ministro. Este acontecimiento nos exige re– doblar nuestro trabajo en provecho de los adultos, pre– cisamente porque ellos son el leño duro del que nos cuesta arrancar una imagen de Cristo. El bautismo de Nemesio, Trinidad y Margarita (unos treinta, veintiocho y cuarenta y cinco años, respectivamen– te) es uri testimonio para des– mentir la frase de que «con los viejos no hay nada que hacer». Lo que pasa es que no se puede salir al campo con intención de recoger una mies cuya semilla no hemos sembrado ... de vivir las verdades que en– cierra. Ahora están ya bauti– zados y diariamente se acer– can a la sagrada comunión. Además, Nemesio Anane y Trinidad Nérua han santifi– cado su amor con la recep– ción del sacramento del Ma– trimonio. Margarita, un tan– to superadulta y de vuelta ya de muchos amores y amoríos, transportada de felicidad ayu– da a las Hermanas Misioneras y a las niñas del Internado en todas sus faenas y labores. Parece que ahora su inocencia bautismal la rebosa en sus bien largos cuarenta y cinco años. La biografía de estos tres indios YUCPA nada ha sido Lo que sí podemos afir- Y nada será en la historia de mar, frente a estos tres nue- la humanidad. Pero en otro vos cristianos, es que en nin– gún momento se opusieron a ser iniciados en la más santa de las revelaciones. Apenas vislumbraron sus magníficos contenidos, estaban ansiosos orden superior de cosas, son ya HIJOS DE DIOS ... ¡Y esto creo que es bastante! ¿No les parece ... ? Fr. PRUDENCIO DE SANTELOS Misionero de Tukuko

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