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En estos ranchos se inició el Centro Misional. Iglesia del Centro Misional en construcción. LOS ANGELES DEL TUKUKO: QUE ES Y QUE SERA «Por el poco tiempo que llevamos en Perijá, y también por los pocos re– cursos con que hemos contado, «Los Angeles de! Tukuko» en la actuali– dad es sólo «UN LUGAR». Un lugar típicamente indígena y típicamente franciscano. Aquí sólo hay unas cho– zas o ranchos, que más parecen nidos de arrendajo que casa-vivienda de personas, construidas en la proximi– dad del río Tukuko para beber de sus aguas y bañarnos en ellas. PELEANDO CON LA SELVA MACHETE EN MANO Esta Misión es legalmente, y aspira a serlo en realidad, un CENTRO MI– SIONAL. Tenemos en proyecto cons– truir los Colegios-Internados para ni– ños y niñas, de los cuales dependerán los caseríos indígenas y sus escuelas externas. 108 (Junio de 1947) Cuando llegamos por primera vez -hace año y medio- a estos lugares, solamente vivían por estos contornos cuatro familias de indios, cuyas cabe– zas se llamaban así: Santiago, Suegro, Merino y Kochonko. Criollos alevo– sos mataron al primero y al tercero. Una culebra «boquidorado» mató al segundo. Y otros indios, embraveci– dos por la borrachera de la «chicha», flecharon al cuarto. A consecuencia de dichas muertes, todas violentas, quedamos nosotros solos (P. Cesáreo y Fr. Primitivo) con nuestro «LU– GAR». Este lugar está situado en plena selva. Selva enmarañada y tu.pida, llena de plagas y de la más rica varie– dad de mosquitos. Por eso, para ha– cer de aquel lugar NUESTRO LU– GAR, tuvimos que comenzar por pe– lear con los árboles y la maleza ma– chete en mano para abrirnos UN CLARO en la espesura, y así poder soleamos y mirar al cielo, y solear también nuestras ropas, y plantar al– gunos frutales que nos dieran más rendimiento que los árboles seculares que nos cercaban por todas partes. LOS PRIMEROS RANCHOS DE PAJA En la actualidad este NUESTRO LUGAR tiene ocho ranchos construi– dos con palos y palmas, más una casa en piernas techada con cinc. Tiene a su servicio un carro de bueyes con dos parejas de estos mansos y esfor– zados animales. Tiene tres caballos de silla y dos mulas de carga, un par bíblico de toro y vaca («Lucero y Pan Grande»), un centenar aproximado de gallinas y unos treinta ejemplares de cerda. Tiene, finalmente, unas ochenta hectáreas de siembras varia– das para nuestro sustento y alimento de los animales .

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