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96 VIAJE A LAS AVANZADILLAS DELTUKUKO «Realmente se necesita vo– luntad indomable, temple de héroes y ánimo de conquista– dores para mantenerse a pie firme en aquellas avanzadas misionales, solos, incomuni– cados, faltos de salud y so– brados de privaciones ... » (P. Félix M. ª de Vegamián) Cálculo que, desde Machiques al Tukuko, puede haber los seten– ta kilómetros, o algo más. Este trayecto se puede hacer en siete horas llevando buen paso la caba– llería, y no sucediendo percances desagradables. El camino es malo en invierno, y pésimo -casi infer– nal- en algunos trozos, sobre todo para camiones y carros de bueyes. El antiguo sendero que yo reco– corrí con los indios en 1939 ha sido rectificado en muchas partes, y ensanchado en todo su trayecto por los Misioneros, de suerte que podrá llegar el carro de bueyes hasta la Misión. Ese camino abier– to por los Misioneros tiene unos siete kilómetros hasta el Tukuko. COMIDOS POR EL PALUDISMO Llegamos a la Misión hacia las seis de la tarde del 26 de julio de 1947. El primer saludo que recibi– mos fue el de Fr. Primitivo de No– garejas, que tenía una cara de pa– ludismo metido hasta los huesos que daba compasión. Delgado, macilento, a pesar de su sonrisa y buen humor, decía bien a las cla– ras cuán caro estaba pagando el noviciado de aquella fundación misional. El P. Clemente de Viduerna, Panorámicas de la sierra y selva de Perijá.
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