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EN ESA DE RONCESVALLE S Este hecho nos trae a la memoria aquellos versos del Romancero ge- neral 22 : Detente, buen mensajero, que Dios de peligros guarde, si acaso eres albanés, como lo muestra tu traje, y dime de aquel tu dueño que, perdido en Roncesvalles, los moros de Zaragoza presentaron a Amurates. Perdido famoso en Roncesvalles fue don Beltrán, según el romance: ...con la mucha polvareda perdimos a don Beltrane. Y su padre decide volver a Roncesvalles en su busca 23 . Afortunadamente el cierzo de la historia disipó la polvareda levantada por la leyenda y conocemos a los vencedores de la «facienda» 24 . Fernán Pérez de Guzmán columbraba los datos legendarios mezclados con los históricos en torno a Roncesvalles, cuando escribía 25 : Si non mienten las historias, si no nos han engañado nuestras antiguas memorias, 22 Madrid. Juan do la Cuesta, 1604, fol. 324 v. 23 Romancero general, BAE. tomo 10, pág. 264. En nota a El Diablo Cojuelo, edi- ción citada, tranco séptimo, págs. 187-188, F. RODRÍGUEZ MARÍN aduce varios datos que acreditan la gran popularidad de la polvareda de don Beltrán en Roncesvalles. 24 Sin salimos de lo puramente literario, en M. MENÉNDEZ Y PELAYO, Estudios sobre el teatro de Lope de Vega, ed. Nacional, CSIC, 1949, tomo III, págs. 122-214, al estudiar dos comedias de Lope sobre Bernardo del Carpio, hallaremos un cúmulo de datos que luego aprovechará en la citada Antología, tomo VI, págs. 156-189. Ofrece un resumen del "tema celebérrimo de la batalla de Roncesvalles. asunto capital de la poesía épica francesa de los tiempos medios, hondamente modificado luego en la nuestra". Nos facilita la versión de los hechos según los historiadores árabes y según los historiadores francos. Figura relevante es la de Bernardo del Carpio, "único héroe fabuloso que en nuestras canciones aparece". El fabuloso del Carpio luchó en el paso de Roncesvalles, emulando a un Bernardo histórico aragonés, primer conde de Riba- gorza. Varias de las noticias insertas en esos estudios pueden verse también en el mismo MENÉNDEZ Y PELAYO, Orígenes de la novela, ed. Nacional, CSIC, 1943, tomo I, págs. 205 ss. Para lo aragonés, recuérdese que en La Gran Conquista de Ultramar, libro II, cap. 43, al fin, BAE, tomo 44, pág. 185b, Carlomagno llega a "los puertos de España que llaman Daspa", es decir de Aspa, en el camino de Jaca. Lo que no es óbice para que líneas más adelante nos hable también de Mayugot de París, leal servidor hasta el dia que lo mataron en la batalla de Roncesvalles. 25 Loores de los claros varones de España, NBAE, tomo 19. Madrid, 1912, pá- gina 722a. [9] 43

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