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P. ANSELMO DE LEGARDA tal era el nombre que nuestros antepasados dieron a los edificios que se destinaban a ser albergue de peregrinos y moradas de dolor» 20 . Entre los peregrinos que cruzaron la raya de Roncesvalles, acaso sea el más ilustre el pintado por el Arcipreste de Hita en su Libro de buen amor. Me refiero a doña Cuaresma. Después de la famosa batalla, doña Cuaresma tiene derrotado a don Carnal durante varias semanas, hasta que llega la noche del Sábado Santo. Según el poeta, doña Cuaresma luego aquesta noche fuese a Roncesvalles. Vaya e Dios la guíe por montes e por valles. Marcha con atuendo de peregrino y sale de España por uno de los puertos ordinarios de los peregrinos de Compostela 21 . ROLDAN Y BERNARDO En el romance viejo del labrador de El Toboso, Roncesvalles es el lugar donde Carlos pierde el honor y mueren los doce Pares. Entre los doce des- cuella luego Roldán, personaje histórico, vencido y muerto. No es de este lugar celebrar a los vencedores a la luz de la historia. Caminamos ahora por otros senderos. Y es cosa sabida que en la épica y en la dramática castellana se esfuman los vencedores auténticos. 20 Marcelo NÚÑEZ DE CEPEDA, La beneficencia en Navarra a través de los siglos, Pamplona, 1940, pág. 28. "Domus" se denomina reiteradamente a Roncesvalles en la descripción poética del "monasterio" y hospedería de Roncesvalles, de un ingenio anó- nimo del siglo XIII, poema publicado por el P. FITA en el "Boletín de la Academia de la Historia" 4 (1884) págs. 172 ss. Una docena de versos del poema ofrece M. MENÉNDEZ Y PELAYO, Antología de poetas líricos castellanos, ed. Nacional, CSIC, 1944, tomo I, págs. 70-71. Si con Menéndez y Pelayo mantenemos desde antiguo la denominación amplia de monasterio, hasta en latín podía denominarse casa a Roncesvalles, pues en Du CANGE, Glossarium ad scriplores mediae et infimae latinitatis, Basilea, 1762, pá- gina 203a, ocurre "casa" como sinónimo de monasterio. Distintas denominaciones dadas tanto al edificio como a sus rectores se registran en J. B. DARANATZ, Roncevauz et Bayonne, en la "Revista Internacional de Estudios Vascos" 7 (1913) págs. 44-56. Y tam- bién en Javier IBARRA, Historia de Roncesvalles, Pamplona, 1936. José GOÑI GAZTAM- BIDE, La reforma de los Canónigos de Roncesvalles en el siglo XVI, en "Hispania Sa- cra" 9 (1956), págs. 153-161, nos informa de la fundación del hospital y comunidad de canónigos regulares, hacia 1127, por el obispo de Pamplona don Sancho de Larrosa. En 1137 el Papa Inocencio II toma el Hospital bajo la protección de la Santa Sede y lo sustrae a la jurisdicción del Ordinario. 21 "Clásicos Castellanos", tomo 17, pág. 123. La atención a los peregrinos y en- fermos exigía grandes gastos. Para sufragarlos acudían en algunos casos a la cari- dad de los fieles. Y hubo quienes lo echaban a mala parte. En el Libro de los gatos, ejemplo 44, "De los aldeanos", BAE, tomo 51, pág. 556b, se habla de unos que, "cuan- do vienen los demandadores de San Antón, o de Roncesvalles, o de otros santos, que les predican muchas mentiras e muchas traiciones, e prométenles que sacarán las ánimas de sus padres de pena, e a ellos cuando allá fueren, lo cual ellos no pueden facer; e los hommes creen lo que les dicen verdad, e danles muchos dones". 42 [8]

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