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EN ESA DE RONCESVALLE S Deciden pasar a España. Vuelven al puerto de Gitarea, la Guetaria gui- puzcoana o la Guethari laburdina ( ? ) . Para Zamora Vicente Gitarea equi- vale a «portus Cisereos»: se trata de los desfiladeros de Roncesvalles ( ? ) . Luego pasan por los puertos de Aspa, cerca del Somport, en el Pirineo de Huesca. La suma de nombres geográficos da como resultado un itinerario bastante oscuro, por ahora. El trabajo citado de Federico Guevara se refiere directamente a una inscripción existente en un típico humilladero, inscripción que ha llamado la atención de los historiadores desde hace tiempo. A los citados por Gue- vara se puede añadir el Marqués de Seoane 61 . En la extraña inscripción se nos habla de la presencia de Juanes de Ubilla en Orierraga y puerto o desfi- ladero del Pirineo que ahora se llama Roncos-Valles, para pelear con el ejér- cito de Carlomagno, rey de los franceses. Por lo que hace a la era de 814, referida en la inscripción, no encaja con el 778 si la tomamos como era de España. No se si el autor del texto apuntaría a la nueva intervención carolingia del 812, poco antes de la muerte de Carlomagno, ocurrida el año 814 62 . CANTO DE ALTABISCAR Aunque hoy lo tengamos olvidado, la fama que alcanzó en el siglo pasado, exige que lo recordemos. El estado de la cuestión quedó expuesto por Menéndez y Pelayo 63 en estos términos: «No hay para qué traer a cola- ción en un trabajo serio el tan apócrifo como famoso Canto de Altabiscar, compuesto en francés por Mr. Garay de Monglave, puesto en prosa vascuen- ce por Luis Duhalde d'Espelette, y publicado en 1834 en el Journal de l'lns- titut Historique, del que el mismo Garay era secretario. El éxito verdadera- mente increíble y escandaloso que esta mediana falsificación ossiánica (la cual fue en su principio una inocente broma de algunos alumnos de la Escuela Politécnica de París) obtuvo, no ya sólo entre los vascófilos españoles y fran- ceses, que han solido brillar más por el entusiasmo que por el sentido crítico, sino en conocedores tan avisados de la poesía popular como Fauriel, y en historiadores literarios de tanto crédito como Amador de los Ríos, muestra una vez más los peligros a que arrastra el inmoderado afán de querer encon- trar reliquias de la tradición poética en todos los pueblos y en todas las 61 Descripción de la villa de Pasages a fines del siglo XVÍÍÍ, en la revista "Euskal- Erría" núm. 57 (1907), pág. 530. 62 Véase José María LACARRA, Historia política del Reino de Navarra, vol. I, pá- ginas 52-54. 63 Antología, tomo VI, pág. 161. [21] 5
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