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XVII EL MARTIRIO El panorama religioso en España se presentaba cada vez más sombrío e inquietante, hasta que llegó en el año de 1936 lo esperado, desde la proclamación del régimen republicano. Arrebatadas las elecciones a la gente de orden, a fuerza de ame– nazas, engaños, chanchullos y anulación de actas, por los filocomu– nistas, lograron constituir un cuerpo legislativo ferozmente jacobino. Desde el 16 de febrero del mentado año, nombrado el gobierno del Frente Popular, los desmanes contra la Religión y contra lo noble- 1nente patriótico se agravaron y multiplicaron de tal manera que, cansados y llenos de celo y de santa ira los buenos y auténticos es– pañoles, se lanzaron a la calle para sacar de la charca de fango ama– sado con sangre inocente y librar de la total destrucción a la nobilísi– ma ·nación en cuyos dominios otrora no se ponía el sol. Por este turbulento tiempo visitó al Padre Fernando su hermano don José Olmedo en el convento de Jesús de Madrid, encontrándole enfermo de una colitis que ve'nía padeciendo, hallándose físicamente agotado. Le pidió entonces insistentemente que se decidiera a pasar algún tiempo de descanso con la familia en el ya indicado lugar de Antas. Pero no consiguió nada, porque aunque el buen hermano in– tentó hablar con los superiores para obtener el permiso, el Siervo de Dios no lo consintió, porque decía que le reclamaban en el convento sus ocupaciones. Antes de esta entrevista había estado el Padre Fer- - 75 -