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de haber llegado a la capital -tuvo que vrn1ar a Gijón, que lo hizo vestido de hábito y que nada desagradable le ocurrió. En la misma carta le dice: "Y por lo mismo que se va extendiendo la irreligión e inmoralidad debemos los que nos preciamos de católicos intensificar nuestra vida espiritual para ofrecer a Dios Nuestro Señor co11J nuestras buenas obras y oraciones reparación y desagravio por las horrendas profanaciones. y sacrilegios que en estas últimas semanas se han per– petrado. ¡Que Dios tenga misericordia de nosotros y que esos terribles sucesos sirvan de castigo, expiación y saludable lección para el fu– turo. " ("Epistolario orientador", págs. 596-597 .) A pesar de las circunstancias tan desfavorables para visitar los con– ventos, el padre Fernando, acompañando al padre Provincial, visita sucesivamente los de Bilbao, Gijón y otros. De ello le da cuenta a su hermano en carta escrita desde Bilbao el 31 de enero de 1932, y en ella manifiesta la compasión que inspiran los perseguidores de la Iglesia en un párrafo verdaderamente propio de un alma consagrada a Dios, pues dice: "Más vale ser víctima que verdugo, y el sentimien– to que nos inspiran esos desdichados que piensan poder destruir a Dios Nuestro Señor es más bien el de una profunda compasión, pues ni pueden ser felices en la otra vida ni siquiera por tal camino en esta, ya que es imposible que tengan paz en el alma con esas ideas y esos sentimientos, y sin paz interior no puede haber felicidad. Persigan lo que persigan, más daño se hacen a sí mismos que a las víotimas ino– centes de su odio satánico. Están cumpliendo sin saberlo designios providenciales, pues el mismo Cristo profetizó para sus discípulos que serían perseguidos por su nombre y que se diría de ellos todo mal, fa,ltando a la verdad con, calumnias horribles, y que no ha de ser el discípulo más que el Maestro, etc. Podrán quitarnos todos los bienes exteriores, pero no pueden quitarnos a Dios, y teniendo a Dios, todo lo tenemos. No tengáis pena, por tanto, si algo llegara a disponerse contra las Ordenes religiosas, que si Dios permite los males es para sacar de ellos mayores bienes... Roguemos al Señor que ponga fin a tales males y especialmente a las ideas corruptoras, que tanto se han cx,tendido por España, y a la triste situación económica a que han quedado reduddas tantas personas de uno y otro bando. Solamente en - 71 -

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