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sobre todo para los enfermos, excuso decirte que me han prodigado todos los cuidados que pudiera desear y acaso más a!Ín . Así es que, gracias a Dios, nada me ha faltado ni me falta. Estuve los primeros días sometido a un régimen muy rígido, y aún ahora me tienen prohi– bido los trabajos de escritorio y el salir de casa. Comunícalo a Pon– tevedra según tu prudencia te aconseje." ("Epistolario orientador", página 404.) Con todo el optimismo que rezuman los párrafos de la carta ante– rior del Padre Fernando, lo cierto es que los superiores se preocupa– ron muy seriamente, prohibiéndole cualquier trabajo de secretaría y, desde Juego, le rodearon de todos los cuidados que entonces permi– tían las consecuencias de la guerra, pensando al mismo tiempo en la conveniencia de enviarle a España, no obstante los grandes servicios que prestaba en la Curia General. El reverendísimo padre Melchor de Benisa, Definidor General de la Orden por el idioma español, escribió a la familia del Padre Fer– nando, y aunque no hemos podido leer la dicha carta, con razón su– ponemos que en ella les anunciaba lo grave de la enfermedad y la necesidad de enviarle a la Patria. El propio Padre Fernando, en carta escrita a su madre y hermanos el cinco de mayo, les indica que "los planes del padre General son mandarle a Espa,ña por al!Junos meses para afirmar mi restablecimiento. En cuanto a la fecha en que este viaje ha de realizarse, no hay prisa, pues la primavera es deliciosa en Roma, y creo que más cuenta me tendrá pasar en ésa los meses de verano". ( "Epistolario orientador", pág. 408.) De hecho, el Padre Fernando realizó el viaje acompañado del pa– dre Melchor, llegando a Madrid el 27 de junio, según el interesado lo comunica a su familia en carta fechada en Madrid el 30 de junio c!e 1917. Llegado de Roma a Madrid, el Padre ,O)medo fue minuciosamente auscultado y sometidos a análisis microscópicos los esputos, por los doctores don Antonio y don José Casares Gil, bacteriólogo el primero y médico el segundo, amigos y compañeros de Instituto y Universidad del Padre Fernando, encontrando en las auscultaciones y análisis el bacilo de Koch, aconsejándole que de ninguna manera debía instalarse - 54 -

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