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de mi conducta. A 1111 hijo que, como yo, jamás le ha desobedecido y que e.divinaba siempre sus deseos, y tan ama/11!e de sus padres que sólo una ce.usa sobrenatural podría separarle de e/los, ya puede u::ted cc:lcular cómo se Ir: des/rezaría el corazón al verse tan equivocada– mente juzgado. Ne.de. en la tierra podría impu(sarme a separarme de mis mnadísimos pc.dres; pero todos /os libros católicos y el buen sen– tido cristiano comide rc,n a.s unto muy grave éste de la vocación , del cucil dependen en gran parte la dicha y la salvación del individuo; y yo, que gus:oso sccrificaría por mis padres mi felicidad temporal, mis comodidades, mis gu:, /cs, mi mismn vida, no puedo arriesgar por ellos mi felicidcd eterna ni quiero hacerles cargos ante Dios con la tremen– da responsabilidad de hc. ber extraviado la vocación de su hijo; no quiero que a la hora de la 111ue1 te, que es cuando estas cosas se ven en toda su horrible clc.ridc.d, .1e retuerza su corazón con el remordi– mien to de haber hecho desgrffiado e, s11 hijo separándole del camino que Dios le había trc,zcdo. Y todo 1JOr gozar de su compaí'íía unos cuantos días que pc.sc, n tc;n pron:o... Vo lver ahora inmediatamente a su Indo sería hacer inútiles las lágrimas derramadas por esta causa y las /urb c:.ciones sufridas; las personas sensatas condenarían mi indis– culpc:b/e ligereza; después de la publicidad que se ha dado al asunto , todos me avergonza-rían: unos por haberme inclinado a la vida reli– giosa y, pcr el ccntrc,rio , otros por no haber tenido constancia en mi resolución. A demás, tendríamos el grave inconveniente, y es!o es lo principal, de que, vencido por los remordimientos, en el día menos pensado me viese forzado a separarme nuevamente de su lado , du– pliccmdo de este medo las tristes impresiones consiguientes a estos trances. Mejor es esperar 11110s cuant os m eses y yo le prometo fornnl– mente que antes de fines de abril me !endrán ustedes a su lado, si entretanto veo que por motivos de salud o por otros de igual peso no me conviene este vida. ¡Qué grande sería mi fe licidad si a la carta siguiente me escrib iera usted conforrnúndose con las doct rinas y co11 los deseos expuestos en ésta! Pido a Dios que así sea y ruego a us,ed de todo corazón que me conteste en el sentido indicado. Un abrazo apretc.dísimo a mi madre y hermanos, y tenga la segu– ridad de que les quiero más que nunca, sin necesidad de que usted - 36-
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