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Escribiendo desde Lecároz a doña Purificación Heres de Ruza en enero de 1901, la dice: "Su benévolo cariño exagera al hablar de mis relaciones con la Conferencia. Mi único mérito respecto a ella es ha– berla amado y continuar amándola mucho, como se ama a una obra que lleva impreso el sello de Dios, como se ama a una madre cariñosa:, a una maestra de santas enseñanzas, y a un fiel guía que nos pone en relación con Dios por medio de los pobres y nos conduce al delo por entre las asperezas de la vida. El que ama, tiene mucho ad'elantado para hacer grandes cosas; ma\S yo, lejos de creer haber hecho mucho, me lamento de no haber hecho mucho má\S por ella." ("Epistolario orientador", pág. 69.) En carta escrita a su hermano Leandro el 2 de marzo del año 1902, le felicita por haberse hecho socio de la Conferencia, con palabras laudatorias e instructivas, pues le dice: "Me ha llenado de a1legría el saber que eres socio activo de la Conferencia; no dudo que te apro– vechará en gran manera." ("Epistolario orientador", pág. 77.) El 21 de mayo de 1902 ruega a su padre que, "si le escribe, no deje de da~·le algunas noticias de la Conferencia;· me interesa mucho cuanto con ella se relaciona y la estoy muy agradecido; ella contri– buyó mucho a elevar mi espíritu hacicr. Dios, haciéndomelo ver en la persona de los pobres. Ya sé por Mariano que continúa usted siendo socio activo en com 1 JaJíía de Leandro, y me alegro mucho de que legue a sus hijos tan buen ejemplo". ("Epistolario orientador" , pági– na 81.) A su hermano Leandro, quien e·ncuentra dificultades para realizar obra útil en la Conferencia, en carta del 27 de junio de 1902, le es– cribe: "Compre,u:lo perfectamente lo que me dices respecto a tus di– ficu/Ja'tles para cumplir la misió11J de socio ele la Conferencia; también yo pasé por ellas al principio, y aun dura111te todo el tiempo que me dediqué a tan hermosa obra..., pero queriendo tocio se puede. Mu.y bonito sería de buenas a primeras hallarse convertido en un San Vi– cente de Paúl, pero esto no se consigue de un golpe. El mismo San Vicente no llegó de un salto a conseguir su ardiente caridad..." ("Epis– tolario orientador", pág. 87.) - 26-