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adultos, empleándose decididamente Olmedo en esta obra realmente caritativa y social. Fue Fernando periodista por imperativo de la defensa de la Reli– gión y de la doctrina social católica, atacadas por la prensa libre– pensadora. Por eso colaboró en los dos diarios católicos de Ponte– vedra, siendo Redactor-Jefe tanto del "Pensamiento Gallego" como de "El Ancora" , librando en ellos serenas polémicas, para rebatir y contrarrestar el veneno inyectado en las inteligencias por los diarios librepensadores, que en aquella época tenían gran preponderancia, y hasta llegó a las manos con un destacado elemento adverso, por oponerse Fernando al reparto de hojas heréticas a las puertas de la iglesia de Santa María ele Pontevedra, con ocasión de la novena en honor de la Inmaculada, predicada por el franciscano padre Bugallal. El , con otros intelectuales pontevedreses católicos, dio la batalla de– finitiva a los enemigos de la Iglesia, triu'nfando en su noble empeño, desapareciendo para bien de las letras y de la doctrina cristiana la prensa impía. Asimismo trabajó Fernando con noble y laudable empeño por des– terrar la blasfemia, apartar de las bibliotecas el libro pornográfico e inmoral, implantar las ideas de la eco·nomía católica, plasmada en libros y folletos, protectores del débil y del pobre; fomentó, en una palabra, las buenas doctrinas, las sanas lecturas, y el restablecimiento de los gremios. En un sentido menos social, pero más piadoso individualmente, fue Fernando el alma y vida del Apostolado de la Oración, estable– cido en la parroquia de San Bartolomé; dio .también su nombre a la V. O. T. de San Francisco (1), y perte'neció a todas las asociaciones ¡iiadosas de Pontevedra de una manera activa y eficiente, pudiendo muy bien proclamarle eminente apóstol seglar. (1) Fue as1m1smo miembro de la Adoraci ón Nocturna, asisliendo con puntualidad y abnegación a los actos de culto a la Santísima Eucaristía propios de esta asociación. - 24 -