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VII APOSTOL SEGLAR. PERIODISTA Fernando Olmedo supo conjugar maravillosamente su magnífica aplicación al estudio y la práctica de las virtudes cristianas en grado no común. Pero nunca se encerró dentro de sí mismo, sino que su espíritu evangélicamente fuerte, se comunicó a sus semejantes me– diante múltiple ejercicio del apostolado católico social. En la época en que Fernando vivió en Pontevedra, estaba el am– biente saturado de liberalismo anticlerical y antirreligioso, sostenido en la prensa y en conferencias frecuentes , especialmente entre la parte obrera, que era arrastrada al socialismo. Por parte de los católicos decididos , entre los cuales Fernando ocupó un lugar preferente, existían varias obras sociales y, entre ellas, el Círculo Católico de Obreros, del cual fue Fernando Presidente, organizando el ciclo de conferencias sobre Literatura, Sociología, His– toria y Derecho. Fue entonces cuando él desarrolló plausible y fe– cunda labor en bien de la Religión y de la Patria. Diríase que iluminó con los esplendores de la verdad y del bien los caminos tenebrosos del error y de la herejía. Además del Círculo Católico, existía por aquel entonces en Pon– tevedra el Ateneo de la Juventud Católica, siendo Fernando Vicepre– sidente del mismo, aprovechando esta circunstancia para orientar sa– namente las inteligencias jóvenes pertenecientes al Ateneo. El Círculo Católico había establecido las escuelas 'nocturnas para - 23 -