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IV EL TEMPLE DE UNA MADRE CRISTIANA Estudiante Fernando de Leyes, todavía en Santiago, organizaron los universitarios una Tuna o Rondalla, a la cual qui so él también pertenecer, y creemos que obtuvo para ello el permiso de su padre. Pero la madre no convino en semejante pretensión , como lo demuestra la carta que a continuación copiarnos: "21 de noviembre de 1890. Querido hijo: Hace ti empo me preocupan muchas cosas, y me privan no pocas veces del sueño; y una de ellas es tu insistencia en formar parte de la Tuna, cosa que debes compre'nder me disgusta , y no sólo a nú, sino a tus hermanos, que les llama la atención que te hayas vuelto tan rondallero. Siempre dije a tu padre que yo no te daba permi so; y no te escribí ya antes por lo mucho que nos da que hacer la tienda, y Jo poco que veo. Tu padre le habló a Pupelo y a Castiñeira y a otros amigos, y todos reprueban tal idea. Hoy te remitirnos una carta de tus tíos en vista de la cual de– sistirás ; espero de tu buena inteligencia que no nos ocasionarás un di sgusto, insistiendo en tal pretensión. Precisamente lo que me hace feliz en este mundo es la dicha de tener hijos buenos, como hasta aquí, y que hasta ahora os presentan -15 -