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con pena y frenesí, los gritos ciegos de esa orgía racial, júbilo y lloros, con que Galicia es madre en sus gallegos. II ENSEÑABA HUMANIDADES Enseñaba latín. ¿Quién no lo enseña e'n el jardín de azul melancolía tan suave y terca-lección de cada día– que es la amante Galicia cuando sueña? Enseñaba latín; el santo y seña de la Fe y de la pulcra paganía que en cruceros y cálices ardía, y en romántico labio es luz risueña. El era profesor, cual lo es Galicia, de humanidades y divino canto: declinar, conjugar · con gran pericia. Tan romántico fue su puro encanto, que, al enseñar, le pudo la delicia de quedarse en gallego, tu'no y santo. III ELEGANTEMENTE TIMIDO El rozaba la luz con exquisito tacto, como la espuma marinera galaica roza el gris y la quimera, y esculpe un barco sobre el mar bendito. - 89 -