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Despertad del sueño, hijos de María, que ha abierto Quirrisqui la aguardientería. Aunque en el mismo Uterga conocieron también otra refección matutina, según otra parodia más amarga que la anterior: Despertad del sueño, hijos de los pobres, a comer las habas y estripar terrones. Hay en el pueblo buen número de eras de pan trillar. Algunos las tienen a medias ( 13, 44) . Junto a las eras está el mesón del lugar (18, 36) . Para descansar de las fatigas de entre semana, juegan a pelota: la ca- sa de Francisco Azcárate afronta al oeste a la plaza del juego de pelota (66, 26) . Las cabezas de ganado lanar ascienden a seiscientas treinta y ocho. Seis vecinos tienen a cada sesenta. Dos pasan del centenar; y otros dos apenas poseen más de una docena. Aunque sin ovejas ni cabras declaradas, uno se refiere a su corral para <-<acubillar» ganados en el centro del pueblo (38, 102). La cabeza de ganado lanar se tasa a doce reales fuertes cada una, esto es, a veinticuatro reales vellón. Las cabras no pasan de ciento dos. Son cuarenta y cinco los vecinos que las tienen. Por lo regular, una, dos o tres. Se tasan al mismo precio que las ovejas, En distintos «chopales» o «alameras» del término se alzan más de cua- tro mil «álamos». Uno declara mil (12, 55ss), y otro, mil cuatrocientos (36, 81-87). Unos se tasan a veinte maravedises. Otros, a quince reales fuertes. Los olivos son mil y pico, distribuidos entre treinta y cinco vecinos. Sólo tres superan el centenar. Su tasación oscila entre un real fuerte y cuarenta y d6s reales fuertes. Quedan todavía más de trescientas treinta robadas liecas, que no se rnargenan o tasan. He pretendido ilustrar brevemente la relación de topónimos de Uterga con datos aparecidos en «Fontes Linguae Vasconum» (FLV), en varios tra-

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