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De donde se sigue que Pablo no es un alumno aislado, sino un alumno de un grupo más o menos numeroso. Por otra parte, consta ya la existencia de tal preceptoría por el año de 1788. En una colección de documentos pertenecientes a la familia Borda, de Maya, que floreció por los siglos XVII y XVIII hasta el punto de elevar su solar a la categoría de Palacio de Cabo de Armería -actualmente es cuartel de la guardia civil-, hay un papel con una alusión a la escuela del vicario de Elcano, que parece funcionaba en su casa. El mencionado papel forma parte de otros que aluden a un pleito por razones económicas que se tuvo contra Miguel Antonio de Arteta. Este se dice primo de María Antonia de Goyeneche, dueña del palacio de Borda, en una carta sin fecha, pues sólo dice «del 4 del presente*; suponemos es del año 1789. Por carta de Arteta, fecha de 4 de septiembre de 1789, se ve que salió de la casa de su prima y señora el 29 de octubre de 1788. Hay otra carta de Juan Luis de Mutuverría a su tía María Antonia de Goyeneche, haciéndole saber que el abogado defensor de Arteta ha renun- ciado a su defensa, al ver las pruebas. Esta misiva es del día 19 de diciem- bre de 1789 y en ella califica a Arteta de el «famoso Arttetta~. Otra carta del mismo Mutuverría, dirigida esta vez a don Miguel Joseph de Borda y fechada el día 9 de marzo de 1792, nos da a conocer el fallo adverso a Arteta. Dice así: «Quedo entterado del favorable éxito en el Pleito de Arteta, a quien entiendo se le deve (sic) buscar sin perdo- nar a diligencia alguna, para notificarle la senttencia puesto que ha blaso- liado tanto sobre su justicia, y razón; pero con la desgracia de no haver (sic) correspondido la resulta con las esperanzas de vana fantasía; y sea enorabuena (sic) por esa sattisfacción». Que espera «que Madre» no extrañe que no le escriba separadamente, porque se ha dilatado en esta. El documento relacionado con Lizarraga es un borrador de lo que Arte- ta debe a la familia Borda y debe de ser de 1792, pues la sentencia está dada. Se afirma en él, que, estando sirviendo en casa del señor Borda, «pa- gaba (Arteta) las mesadas de un hermano suio (sic) Gramatico en Puente y cassa del vicario de Elcano pagando Mensualmente 10 Pesos Mensuales*. Suponemos que eso de Puente y casa del vicario de Elcano hay que entender en momentos diferentes, o sea, sucesivamente. Se asegura más ade- lante que salió de la casa de Borda el año 1788, de donde se deduce que ya desde este año, a más tardar, funcionaba la Escuela de Gramática en la casa del Vicario de Elcano Joaquín Lizarraga. Y por la carta del mismo Lizarragn que arriba hemos comentado, sabemos que todavía seguía funcionando el año 1815, cuando tenía ya 67 años de edad nuestro vicario.
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