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E. ZuoAIRE putar la propiedad de sus tierras a quienes por su singular esfuerzo las habían conquistado del poder sarraceno? Y ¿ cómo cobrar pechas villanas de quienes se habían aforado de común acuerdo con el rey que ellos mismos habían esco– gido? 88 • Si hasta ahora pudo considerarse la nobleza de Baztán, como «clase nega– tiva de la villanía», al modo común de las provincias del norte de España 8 9, conquistaba con su EXECUTORIA el rango y armería de los más genuinos in– fanzones (de carta o de abarca). B) F ACERA Si ardua tarea es describir la historia de cualquier entidad administrativa medieval, aquélla se hace doblada cuando, al común pecadillo del abandono y de la negligencia, se agrega, como en Baztán, la dispersión migratoria docu– mental. En sus archivos oficiales, tal vez por la sucesión hereditaria entre escri– banos, apenas queda algún testimonio anterior al siglo XVI; y aún de ése, muy pocos; faltan los ccLibros de acuerdos» anteriores al siglo XVIII; y tememc,~ que las piezas probatorias que requirieron los «abogados del Valle» por los pleitos interminables de los siglos XVII al XIX se olvidaran en sus despachos. Los archivos familiares de los palacios de cabo de armería, que son no menos de 24 (Jaureguízar, Zozaya, Iturbide, Jaureguía de Ohárriz, Echeniquea, Jarola, Arrechea, Arosteguía, Ursúa...) fueron a dar, por ley de sangre, en las casas nobiliarias de Villahermosa, Elfo, Gerena... El premonstratense de Urdax se quemó dos veces, fue presa de la francesada en 1793 y los restos fueron aventados por el soplo de Mendizábal. Quizás lo más valioso que se conserva en el Valle, salvo el archivo municipal, sea patrimonio de su actual Alcalde, el Marqués de Casa Torre. De ahí lo somero de nuestro bosquejo precedente; escueto, pero creemos que bastante para iniciar el estudio del régimen facero baztanés. CRONOLOGIA.-Que Baztán concertaba facerías desde tiempo anterior al siblo XV parece probarlo definitivamente la prohibici6n de Carlos III a los de Valderro (19 de octubre de 1400), mediante su procurador patrimonial: «no fagan fazería con las tierras y gentes de Baztan... sin que aya special licencia y mandamiento del dicho seynor». Práctica antigua del Valle denota asimismo el quiebro que se le hace al abad de Urdax, Pere (Joan) de St. Martín, que pretendió disponer libremente de las tierras que tenía por propias del monas- autor fue el Príncipe de Viana, no podían explicarse razonablemente las omisiones y erro– res del cap. 23 sobre la familia de su abuelo Carlos III el Noble. P. GERMÁN DE P.: La fa– milia d~ Carlos III el Noble en la Cr6nica del P. de Viana. Rev. "P. de V." X (1943), p. 69-76. J. Ramon Castro en CARLOS III EL NOBLE, Pamplona, 1967, p. 175, aquilata un tanto más el problema genealógico que suscita la Crónica del Príncipe. 88 A nadie puede escandalizar tanta credulidad. Sólo el sentido crítico de los modP.r– nos historiadores, aplicado a escasa y con frecuencia amañada documentación, ha logrado rescatar algunos jirones de la primitiva historia navarra. V. CLAUDIO SÁNCHEZ ALBORNOZ : Gallia Cumata, en su estudio "Problemas de la Historia Navarra del s. IX", "P. de V." 74-75 (195~), p. 56-58; LACARRA, JosÉ M.ª: Asturias y Pamplona. Estudio sobre la monarquía asturiana, p. 233-234, en que supone que estas tierras pirenaicas estuvieron sujetas a Al– fonso III de León. 89 YANCUAS: Dic. Ant., t. U, p. 59-81. 184 [ 60 J

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