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F ACERÍAS DE LA CUENCA BAZTÁN-BIDASOA quinte porcorum moncium de Alduyde et de Luei;ayde una cum cyurdearum, merinus Pampilone redit regii recepta sui compoti huius anni» 68 • Aunque en la real orden de Carlos III no se mencionaron por sus nom,. bres los yermos y montes de Baztán, también sobre ellos se cernió la inspección de los quinteros y oficiales de la Señoría Mayor, los cuales llegaron a la con– clusión de que aquellos montes y yermos pertenecían asimismo al real patri– monio, y que, en consecuencia, debían los baztaneses pagar la quinta de los puercos extraños que pastasen en sus términos. «Et sobre esto, sin ser fecha otra declaración, el dicho Rey Don Carlos finó sus días» 69 • Si en Navarra no se reconoce otra nobleza que la ejecutoriada 10 , habre– mos de confesar que Baztán no la consiguió hasta mediado el siglo XV, pese a la ratificación que hizo Carlos III de la hidalguía e infanzonía «de la villa et lugar de Elii;ondo en nuestra tierra de Vaztan... segund han seydo en los tiem– pos pasados por nuestros antecessores » 71 ; y pese a la múltiple contribución que a fuer de hidalga, venía haciendo la tierra baztanesa, a las múltiples ayudas o donativos votados por las Cortes en favor del rey. El último, de 40.000 flori– nes para los gastos de Coronación de Juan II, cuando Baztán se hallaba ya enzarzado en pleitos con la Corona por la defensa de su patrimonio comunaL Razones económicas, más que hidalgas, apremiaban al Valle. Se deduce de las declaraciones juradas que sus vecinos calificados hicieron a los comisarios re– gios. Como, entre remisionados por real gracia y resultas de subsidios ante– riores, se venía forzando con exceso la voluntad de los donantes, creyó oportu– no la Cámara de Comptos confeccionar nuevo censo que fue, para Baztán, el nuevo «LIBRO DE FUEGOS de la merindat de Pamplona. Año 1427» 72 • La relación es normal y contributiva. Y los declarantes, en el Valle, Juanco, señor de Datue y dos vecinos por cada uno de sus lugares (el alcalde y los dos jurados, es de suponer). En ningún caso olvidan de manifestar que «todos los sobredichos son fijos dalgo et por esto no han cargas algunas de pechas». Se reseñan de Elizondo 61 hogares, de los cuales solamente 53 pagan cuartel, porque había «en el dicho lugar que no pagan quartel VIII impoten- 68 AGN., Compt. t. 13 (año 1809), fol. 22v. Y en el fol. 138v.: "El tribudo de la quin– ta de los puercos de los montes de Alduyde et de lugayde con el tribudo de las ciurdeas es tributado en la merindat de las montaynes". La ciurdea o yurdea parece confundirse, según YANGUAS, con el tributo de la quinta por los puercos que pastaban en los montes del rey. YANGUAS: Antigüedades, II, p. 624-626. Pero ¿no se aplica más bien la quinta a los puer– cos axerizados y la ciurdea a los vecinos de los montes y yermos del rey, Así se lee: "De la quinta de puercos en los montes de Cissa, nichil, porque no ovo puercos extranios". Compt., t. 13, f. 217v. 69 Testimonio de los demandantes por el real patrimonio contra Baztán, Ienego Gúr– pide y Pedro Périz de Artaiz, contenido en la Executoria del Noble Valle y Universidad de Baztán (año 1441). 78 MARQUÉS DE CrARDONCHA: Noblezas regionales españolas, en B. A. H., 101 (1932), p. 472. 71 "Privilegio de la villa de Eli9ondo". A. C. N. Mercedes Reales lib 13 f 430v-432v "Datu~ en S. Joan de pie del puerto XXII días de mayo del año de g;acia 0 de ~Ú y cccxC: Karlos . 72 Es el volumen 390 de Comptos. Coincide este año con el del donativo de 40.000 florines votado en favor de Juan II. Solía repartirse por fuegos y por cuarteles o cuartas partes, a cuartel por trimestre. Pero desde éste de 1427, uno era el nombre y otro la rea– lidad, pues que se consignó para los nueve primeros meses y no para los 12. AGN., caj. 126, n. 25 y 127-7, s. YANGUAS MIRANDA: Ant., 11, 657-658. [ 53] 177

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